Dorsal oceánica: origen, características y dinámica

Cordilleras submarinas

Si estás estudiando geología seguramente hayas oído hablar de una dorsal oceánica. Su concepto se explica en un contexto un tanto complejo. Pertenece a teorías de formación terrestre como la tectónica de placas. Son estas teorías las que fundamentan el origen de las dorsales oceánicas.

Y es que una dorsal oceánica no es más que una cordillera submarina formada por el desplazamiento de las placas tectónicas. ¿Quieres conocer el origen, las características y los tipos de dorsales oceánicas que existen en nuestro planeta?

Características y origen de una dorsal oceánica

Dinámica de una dorsal oceánica

Cuando se forman varias dorsales oceánicas bajo los océanos, se forman auténticos sistemas montañosos bajo el mar. Las cordilleras submarinas más grandes del mundo abarcan una distancia de 60.000 kilómetros. Las dorsales oceánicas son separadas por las cuencas oceánicas.

Su origen viene dado por el movimiento de las placas tectónicas que forman la corteza terrestre. Los sedimentos que se acumulan en las cadenas montañosas submarinas son al menos diez veces más gruesos que los del continente. Esto hace que se origine la teoría geosinclinal. Se trata de la teoría que afirma que la corteza continental va creciendo gracias a las acumulaciones progresivas y masivas originadas desde geosinclinales antiguos y plegados. Con el tiempo se han endurecido y consolidado en las actuales placas.

Estructura de las dorsales

Dorsal océanica en la actualidad

La gran mayoría de estas cordilleras submarinas pueden llegar a medir entre 2000 y 3000 metros de altura. Por lo general, presentan un relieve accidentado, con laderas amplias y crestas muy pronunciadas. Cuando estas crestas presentan una profunda hendidura se le llama valle de hundimiento o rift. En los rifts se producen numerosos terremotos superficiales y erupciones volcánicas en las que se desprenden grandes cantidades de basalto.

Los basalto van dándole forma a todo el fondo marino. Por los lados de la dorsal se va aumentando el grosor de la corteza volcánica y el espesor de los sedimentos. También existen volcanes bajo el agua, pero están dispersos y solitarios. No tiene por qué estar necesariamente en un rift.

Las crestas de las dorsales pueden encontrarse desplazadas lateralmente a lo largo de tramos más extensos que corresponden a las zonas de fractura. Cuando nos encontramos con un límite entre dos placas, la lava ardiente y fundida asciende hasta superficie. Una vez llega, se enfría y se solidifica a la vez que la corteza más antigua se va separando a ambos lados de la dorsal.

Esto está en continuo desplazamiento siempre. Prueba de ello es que se ha medido el movimiento de las dorsales oceánicas en algunos puntos del Atlántico. Se han llegado a registrar desplazamientos de hasta dos centímetros por año. Por otro lado, en el Pacífico oriental, se han realizado medidas del desplazamiento y se han obtenido datos de 14 cm por año. Esto significa que las dorsales oceánicas no se desplazan por todos lados a la misma velocidad. El cambio en el volumen sumergido de las dorsales va provocando modificaciones ligeras del nivel del mar en una escala geológica. Cuando nos referimos a escala geológica, hablamos de miles de años.

Complejidad de una dorsal oceánica

Distribución de las dorsales océanicas

En las crestas de las dorsales nos podemos encontrar con grietas hidrotermales. De ella brota un vapor con alto contenido en minerales y lo hace a una temperatura de 350 grados. Cuando los minerales se van depositando, lo hacen formando estructuras a modo de columnas cuyo contenido fundamental son compuestos de sulfuros metálicos. Estos sulfuros son capaces de mantener colonias de animales menos comunes. Estos compuestos son una parte importante en el funcionamiento de ecosistemas marinos. Gracias a ello, la composición del agua es más estable.

La nueva corteza oceánica generada en las dorsales con parte del manto superior del manto superior y la corteza forman la litosfera. Todos los centros marinos se extienden en las dorsales oceánicas. Por ello, muchas de las características que se encuentran en estos lugares son únicas.

Son objeto de muchos estudios. Para conocer a fondo la composición y evolución de las dorsales, se estudian las lavas basálticas. Estas lavas son enterradas poco a poco por los sedimentos que se van depositando a lo largo de toda la superficie. En numerosas ocasiones, el flujo de calor es más fuerte dentro de las dorsales en el resto del mundo.

Es muy común que tengan lugar sismos a lo largo de las dorsales y, sobretodo, en las fallas de transformación. Estas fallas unen los segmentos de la cresta de compensación. Los terremotos que ocurren en estas zonas son estudiados en profundidad para sacar información sobre el interior de la Tierra.

Dispersión de las dorsales

Manto terrestre y dorsales oceánicas

Por otro lado, existe una fuerte relación entre las profundidades que tiene una dorsal oceánica con su edad. Por lo general, se ha podido demostrar que la profundidad que tiene el océano es proporcional a la raíz cuadrada de la edad de la corteza. Esta teoría se fundamenta en la relación que existe entre la edad y la contracción térmica de la corteza oceánica.

La mayor parte del enfriamiento para la formación de las dorsales oceánicas se dieron hace unos 80 millones de años. En ese momento, la profundidad del océano era tan solo de 5 km. Actualmente, se conoce más de 10.000 metros de profundidad. Debido a que este enfriamiento es una función de la edad, las dorsales de propagación lenta, tales como la Cordillera del Atlántico Medio, son más estrechas que las dorsales que se expanden más rápidamente, como la dorsal del Pacífico Este.

La anchura de la dorsal se puede calcular en función de la tasa de dispersión. Se suelen expandir unos 160 mm al año, lo cual es insignificante a escala humana. Sin embargo, a escala geológica si se nota. Las dorsales más lentas son aquellas que se dispersan tan sólo 50 mm por año y las más rápidas hasta 160 mm.

Las que se expanden más lentamente tiene rift y las más rápidas no. Las dorsales desgarradas de propagación lenta, tienen una topografía irregular en sus flancos, mientras que las dorsales que se propagan más rápido tienen flancos mucho más lisos.

Como podéis ver, una dorsal oceánica es más compleja de lo que parece. Su dinámica se define por la actividad terrestre que está en continuo movimiento.


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  1.   LOLOLOLO dijo

    Muy chulo!