Como todos sabemos, Donald Trump ha sido elegido presidente de los Estados Unidos. La mala noticia para el medioambiente es que para Trump el cambio climático no existe, por lo tanto, pretende retirar a EE.UU del Acuerdo de París.

Estados Unidos es el segundo país que más emisiones de gases de efecto invernadero vierte sobre la atmósfera. La llegada de Donald Trump a la presidencia ha causado un estupor en la cumbre del clima (COP22) de Marrakech. Sin embargo, la mayoría de los países se han reafirmado en su apoyo en la lucha contra el cambio climático. Ahora es China, el país que más emisiones de efecto invernadero vierte a la atmósfera, el que está dispuesto a abanderar el acuerdo del clima.

China pretende continuar con su idea de hacer una transición energética hacia una economía baja en carbono. La contaminación atmosférica en China es un problema gravísimo para los ciudadanos. Las altas concentraciones de contaminantes atmosféricos provenientes de la industria del carbón hacen que muchos ciudadanos no puedan salir a la calle sin máscaras. Además son muchísimas las personas que padecen y mueren a causa de enfermedades respiratorias.

Un miembro de la delegación china afirmó que la transición energética que está teniendo China es un movimiento imparable y que porque haya un nuevo gobierno en Estados Unidos no se van a detener. La decisión es firme y aunque el presidente de EE.UU no crea ni quiera participar en la lucha contra el cambio climático, China no retrocederá. Los esfuerzos de la comunidad china seguirán creciendo.

La victoria electoral de Trump ha sido un gran palo para la cumbre del clima que se celebra en Marrakech donde cerca de 200 países están acordando las reglas que deben de seguir el recién entrado en vigor Acuerdo de París. Se recuerda con preocupación que, en el pasado, la salida de George Bush del protocolo de Kyoto incitó a los demás países desarrollados a no continuar con el acuerdo climático. Temen porque las intenciones de Trump surtan el mismo efecto.

El nuevo presidente de Estados Unidos y el cambio climático

Donald Trump ya ha expresado en varias ocasiones, tanto en su candidatura como ahora en su presidencia, que el cambio climático es una farsa inventada por los chinos para poder aumentar su competitividad. En su candidatura prometió que, de salir presidente, cancelaría la ratificación del Acuerdo de París y retiraría los fondos de todas los programas y actividades de la ONU que estén relacionados con el cambio climático.

Ya anunció que, entre sus diez primeras medidas al llegar a la Casa Blanca, una de ellas sería la de cancelar los pagos a los programas relacionados con el cambio climático. Esto supone un grave problema para el clima, teniendo en cuenta que EE.UU es el segundo país responsable de las emisiones globales. También será muy negativo para aquellos países en vías de desarrollo que quieran contribuir en el Acuerdo de París, a la vez que se desarrollan tecnológicamente sin dañar el clima. Esto es debido a que Estados Unidos junto con la UE es uno de los mayores donantes en financiación climática. En el presupuesto de financiación está descrito unos 3.000 millones de dólares comprometidos hasta el año 2020. Hasta ahora, Obama sólo ha pagado 500 millones de euros del total.

Todos los países que han ratificado el Acuerdo de París están esperando para ver si finalmente Trump toma la decisión de retirar fondos o cambia su forma de administrar su legislatura. La intención de todos los países es que los esfuerzos y las políticas que se adopten tengan repercusión global y sirva de ejemplo para los países que aún no lo han ratificado.

El presidente de la COP22, Salahedín Mezuar, ha hecho la siguiente afirmación:

“El Acuerdo de París no va a dejar de funcionar porque una de las partes se salga, el resto de países estamos aquí para asegurar que va a salir adelante y estamos convencidos de que los ciudadanos estadounidenses está plenamente comprometidos con esta lucha contra el mayor problema al que se enfrenta la humanidad”