Hace 26 años comenzó un experimento que lleva en marcha todo este tiempo y que trata de descubrir cómo afecta el incremento de temperatura a los suelos forestales. La respuesta que han obtenido los científicos pone de manifiesto una respuesta cíclica y sorprendente.
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Suelos boscosos
El resultado obtenido de este experimento es el siguiente: el calentamiento del suelo estimula periodos de abundante liberación de carbono desde él hacia la atmósfera, alternándose con periodos sin pérdida detectable en el almacenamiento de carbono en el subsuelo. Esto hace que sea cíclico y que se traduce en que, un mundo donde cada vez las temperaturas son más altas, existirán más terrenos en los que se producirá una autorretroalimentación del carbono, lo que se añadirá a la acumulación de dióxido de carbono atmosférico debida a la quema de combustibles fósiles y contribuirá a un calentamiento global acelerado.
Es decir, existirán periodos en los que los suelos boscosos emitirán más cantidad de carbono a la atmósfera y periodos en los que no. Ese periodo se verá intensificado por el aumento de las temperaturas globales que harán que se caliente el suelo y que, por lo tanto, se emita más cantidad de carbono a la atmósfera.
El estudio es obra del equipo de Jerry Melillo, del Laboratorio Biológico Marino (MBL, por sus siglas en inglés), vinculado a la Universidad de Chicago, en Estados Unidos.
Experimento
El experimento comenzó en 1991, cuando en una zona de bosque caducifolio en un bosque de Massachusetts enterraron cables eléctricos en unas parcelas. Para simular un calentamiento global, calentaron el suelo cinco grados por encima de la temperatura ambiente para comparar entre ellas. Tras 26 años que aún continúa, las parcelas que aumentaron su temperatura en cinco grados, perdieron el 17% del carbono que ha estado almacenando en materia orgánica.
Esto hace que el peligro de un calentamiento global sea cada vez más inminente y más difícil de detener.