Aunque existe gran parte de la población mundial que aún no está concienciada con el cambio climático y sus efectos negativos y otros, como el presidente Donald Trump, ni siquiera cree en él, frenar el calentamiento global es el mayor desafío al que se enfrenta la especie humana en el siglo XXI.
Para intentar evitar esta catástrofe que desencadenaría inestabilidad total en todo el planeta entró en vigor el Acuerdo de París. Su objetivo es primordial y necesario para el mundo: limitar el incremento de las temperaturas medias del planeta Tierra en 2°C con respecto a los niveles preindustriales y proseguir con los esfuerzos para limitar ese aumento en y estabilizarlo en 1,5°C. Nuevas investigaciones apuntan que estos objetivos son cada vez más difíciles de alcanzar. ¿Qué podemos hacer?
Frenar el aumento de las temperaturas es cada vez más difícil
Se ha realizado un estudio estadístico en diferentes universidades estadounidenses (fíjese en la ironía, puesto que su presidente no cree en el cambio climático) que revela que la probabilidad que tiene el planeta de alcanzar un aumento de 2°C y mantenerse así es sólo de un 5%. Ya nos echamos las manos a la cabeza cuando vemos que la probabilidad de alcanzar una estabilidad en 1,5°C es sólo de un 1%.
Esta investigación ha sido publicada en la revista Nature Climate Change. Entre los resultados del estudio se encuentra que lo más probable es que durante el próximo siglo la temperatura de la Tierra aumente entre 2 °C y 4,9 °C. En general, los objetivos establecidos en el Acuerdo de París son ambiciosos y además realistas. Sin embargo, aunque en el caso óptimo que se llegase a cumplir correctamente, no sería suficiente para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C.
Para conocer cómo aumentarían las temperaturas en función de las emisiones de gases de efecto invernadero de cara al año 2100, se han tenido en cuenta tres variables: la población mundial total, el producto interior bruto per cápita y la cantidad de emisiones de carbono emitido por cada actividad económica.
Una vez introducido las tres variables en modelos que predicen las temperaturas en función de las emisiones globales, se concluye que la temperatura media del planeta a finales de siglo se habrá elevado en 3,2°C. Advierten que la rapidez con la que se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono en función de cada actividad económica será crucial para frenar el calor del futuro.
Otra conclusión del estudio es que si las temperaturas medias globales ascienden por encima de 1,5°C, las catástrofes ambientales severas que sufrirían muchos países serán mucho más graves que las actuales.