Las emisiones de gases de efecto invernadero que están provocando el calentamiento global deben de disminuirse cuanto antes. Los objetivos del Acuerdo de París deben cumplirse si no queremos que las temperaturas continúen aumentando.
Según el nuevo análisis panorámico sobre la acción de la UE en materia de energía y cambio climático publicado por el Tribunal de Cuentas Europeo, en la lucha contra el cambio climático es esencial una actuación eficaz en el ámbito de la energía. ¿Qué actuaciones debe de hacer la Unión Europea para adaptarse al cambio climático?
Análisis panorámico
El consumo de energía corresponde un 79% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea. Por ello, es necesario centrarse en reducir las emisiones mediante el cambio en los usos de la energía y las fuentes de las mismas.
Según los auditores de este análisis, se deben reducir las emisiones de gases de invernadero cuanto antes para poder adaptarse y a la vez mitigar los efectos del cambio climático, minimizando al máximo los impactos sobre la población europea.
El clima de Europa será muy diferente del actual al final de siglo, aun suponiendo que el aumento medio de la temperatura no llegue a ser superior a los 2 °C según lo previsto en el Acuerdo de París.
Energía y cambio climático
Los auditores del análisis afirman que el consumo y producción de energía está estrechamente ligado al cambio climático, puesto que la generación de energía que no provenga de fuentes renovables como la solar, eólica, etc. Emiten gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.
La producción de energía procedente de combustibles fósiles y el consumo de energía por el transporte, la industria, los hogares y la agricultura representan conjuntamente el 79% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE.
Debido a que las emisiones de gases son un grave problema para el clima del planeta, es necesario que la UE las reduzca. Las previsiones actuales muestran que hay que avanzar más para cumplir las metas de 2030 y los objetivos de 2050 de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Todo esto supondrá un reto para los países miembros, ya que no sólo se tendrán que adaptar al cambio climático, sino que se tiene que intentar minimizar y transformar el modelo energético actual. Cambiar la forma de producir la energía de un país no es fácil. Por ello supondrá todo un reto modificar los patrones de producción y encabezarlos hacia una transición energética donde primen las energías renovables y la eficiencia energética.
Cambios en el modelo energético
El modo de adaptación más inmediato para el cambio climático es el cambio en el modelo de energía de la UE.
Los auditores consideran que, en el ámbito de la energía, un aspecto importante de la acción de la UE es la implantación de un mercado interior de la energía para permitir la libre circulación del gas y la electricidad y su comercialización sin fronteras en todo el territorio de la UE. La finalidad del mercado interior de la energía es lograr los objetivos de política energética de la UE de proporcionar una energía asequible, con precios competitivos, medioambientalmente sostenible y segura, de manera rentable.
Las metas y objetivos impuestos para los años 2030 y 2050 son bastante complejos de alcanzar y requerirán un esfuerzo mayor por parte de todos los Estados miembros. Sin embargo, es un compromiso en el que hay que sumergirse, puesto que hay que hacer esfuerzos adicionales para poder concretar políticas de actuación y reducción de los gases de efecto invernadero.
Entre 2071 y 2100, el clima de Europa será muy diferente al del período 1961-1990 con un aumento de 2 °C respecto de los niveles de la era preindustrial. El supuesto de un aumento de 2 °C es un promedio mundial: aunque se logre, la temperatura superará con creces esta cota en determinadas regiones.
Tenemos que reducir a toda costa las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar que escenarios climáticos de esta índole no existan.