El estudio del cambio climático es fundamental para conocer los efectos negativos y poder anticiparse, creando políticas de gestión y administración del territorio y los recursos naturales.
En el Parque Nacional del Teide se encuentran estaciones meteorológicas que se encargan de monitorizar los efectos que están relacionados con el cambio climático. A partir de noviembre el número de estaciones ascenderá a siete.
Estudiar el cambio climático
Es necesario ampliar la red de seguimiento de los fenómenos y efectos que tienen que ver con el cambio climático si queremos poder desarrollar planes y programas de adaptación a los nuevos escenarios que nos esperan en un futuro.
En este caso, la ampliación de la red de seguimiento mediante las estaciones meteorológicas del Parque Nacional del Teide pertenece a un programa global que lleva a cabo el Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN) en el que participan también Picos de Europa, Sierra Nevada, Cabrera, Ordesa y Monte Perdido, Cabañeros, Islas Atlánticas y Taburiente.
El objetivo de este aumento del seguimiento es poder evaluar el impacto que tiene la variabilidad del clima para poder anticiparse y crear modelos que ayuden con la predicción climatológica. Estas estaciones miden durante todo el año los valores de temperaturas, precipitaciones, viento y radiación solar incidente cada diez minuto. Con todos estos datos se generan modelos en los que, según el comportamiento de las variables meteorológicas a lo largo de todos los registros obtenidos, se puede estimar el camino que tomarán dichas variables con el aumento del efecto invernadero y las fluctuaciones en el clima.
Aumento de las estaciones
Las cinco estaciones actuales se encuentran en la base de la caldera de Las Cañadas y las nuevas se situarán en altitudes de 2.700 y 3.200 metros para obtener información precisa sobre las implicaciones del gradiente altitudinal del pico Teide.
El número de estaciones ascenderá a siete puesto que es fundamental colocarlos en este sitio debido a que en estos lugares es donde se perciben los efectos del cambio climático se notan con mayor intensidad.
La temperatura en estas altitudes lleva más de setenta años aumentando a un ritmo superior a una décima y media de grado por década, un avance superior a la media de Tenerife, que se sitúa en una décima de grado por década, y a la media global.