Si hace algún tiempo en el blog hablábamos de que, como consecuencia del calentamiento global, los viajes en avión podrían ser mucho más turbulentos de lo normal, un nuevo estudio publicado en la revista Climatic Change revela que en las próximas décadas será más difícil despegar.
Y es que, si quiere hacerlo, tendrá que ir con menos peso; de lo contrario el vuelo tendrá que ser retrasado o cancelado. ¿Por qué?
A medida que el aire se calienta, se extiende y su densidad disminuye. Como es más liviano, las alas generan menos elevación cuando un avión corre a lo largo de la pista. Así, dependiendo sobretodo del modelo de la aeronave y de la longitud de la propia pista, entre un 10 y un 30% de los aviones cargados no podrán despegar si la temperatura es demasiado alta.
El autor principal del estudio Ethan Coffel, doctorado de la Universidad de California, dijo »nuestros resultados sugieren que la restricción de peso puede imponer un costo no trivial en las aerolíneas y un impacto sobre las operaciones de aviación en todo el mundo».
La temperatura media global podría aumentar hasta 3 grados centígrados para el año 2100, pero mientras tanto, las olas de calor se harán más frecuentes, con temperaturas máximas de 4 a 8 grados más altas de lo habitual a partir del 2080. Estas olas de calor son las que producirán más problemas en un mundo cada vez más conectado.
Así, si no se disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero, la capacidad de combustible y los pesos de la carga útil tendrán que ser reducidos hasta un 4% en los días más calurosos en algunos aviones. En el caso de que se reduzcan al mínimo, y pronto, tan sólo será necesario reducir el peso en un 0,5%, según el estudio.
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