Como se ha mencionado en otros artículos, la estabilidad de la Antártida es vital para el clima del planeta. Con el calentamiento global, las temperaturas medias de todo el planeta están aumentando, con el consiguiente efecto del derretimiento de los casquetes polares, tanto del Polo norte como del continente helado.
Hace tan solo unos días se ha agrietado un gran bloque de hielo de la Antártida debido al aumento de las temperaturas. El bloque tiene unos 5.000 kilómetros cuadrados de superficie y se encuentra en la plataforma de hielo Larsen C. La gravedad del desprendimiento de este bloque reside en que, debido a su tamaño, podría cambiar para siempre el mapa del hemisferio sur.
Desprendimiento del bloque en Larsen C
Para poder mencionar la gravedad del asunto, primero hacemos referencia a las dos escalas de percepción de este evento: la escala humana y la geológica. Para la primera escala, este desprendimiento y este cambio comienza a dirigir a la Antártida hacia la ruina en cámara lenta. Sin embargo, a escala geológica, esto está ocurriendo en un sólo parpadeo.
Hace más de 30 años que se viene avisando de que la parte occidental de la Antártida ha comenzado a derretirse. Aparte del aumento de las temperaturas globales inducidas por el cambio climático, también se encuentra sobre la Antártida la mayor parte del agujero de la capa de ozono. Estos factores están provocando que la Antártida se derrita a pasos agigantados.
El bloque gigantesco llamado Larsen C se está desprendiendo y separando del resto de la plataforma de hielo y esto puede ser el precursor del colapso del continente helado. De llegar a desprenderse por completo el bloque Larsen C, se inundarían un gran número de ciudades costeras en todo el mundo. Los bordes del bloque Larsen C se están derritiendo a un ritmo acelerado, como si se trataran de los muros de un castillo de arena. En su interior se encuentran cicatrices que provocan grietas tan grandes que llegan a los 400 metros cuadrados.
Un indicador del calentamiento de las zonas de la Antártida ha sido el agua del mar de Amundsen. En las últimas décadas se ha calentado más de 0,5°C, y esto provoca un aumento de la velocidad a la que el hielo se está derritiendo y fracturando. Entre el año 2015 y el 2016 un gran bloque de hielo de unos 360 kilómetros cuadrados se desprendió alejándose de la costa del mar. Las predicciones para el aumento de la temperatura, en este caso para el mar de Wenddell colindante con Larsen C, se sitúan en los 5°C de media. Esto es la razón del por qué muchas de las plataformas de hielo más pequeñas se están derritiendo por completo.
De seguir así, el bloque Larscen C se convertirá en el mayor iceberg registrado en la historia. Tendría una superficie similar a la Comunidad Autónoma de Cantabria.
Proyecto Midas
El proyecto Midas ha sido desarrollado por un equipo de investigación conjunto de las Universidades de Swansea y Aberystwyth. En el proyecto se ha estudiado y llegado a la conclusión que debido al impacto que genera la grieta en el bloque, se espera que la separación del iceberg se produzca muy pronto. Cuando hablan de pronto, están diciendo que es cuestión de semanas, ya que la grieta ya ha tomado un giro de 90° y, normalmente, eso conlleva a la fractura.
La importancia de la fractura
La importancia de la fractura del bloque de hielo Larsen C radica en que el hielo que está a punto de desprenderse está asentado en una serie de islas. Sin embargo, el resto de la plataforma de hielo se encuentra sobre una cuenca que tiene unos 5.000 km de profundidad y esto lo hace vulnerable al aumento de temperatura del océano. Por lo tanto, si el bloque de hielo Larsen C se derrite y se desprende puede acelerar el derretimiento del resto de la plataforma y, a la velocidad que lo están haciendo, haría aumentar el nivel del mar tres metros, llegando a inundar ciudades enteras en todo el mundo.
La Tierra nos está alertando de las consecuencias del calentamiento global y el desprendimiento del bloque Larsen C es sólo un pequeño aviso.