Sabemos que el cambio climático no afecta por igual a todas las zonas del mundo. Por ello, los científicos estudian los impactos de este fenómeno en las distintas partes del globo para contabilizar los daños y poder planificar y actuar para minimizarlos.
En este caso nos vamos hasta el llamado Corredor Seco de Centroamérica (CSC) donde los científicos de la Universidad de Costa Rica han estado investigando sobre el impacto del cambio climático en esta zona desde el punto de vista ecológico y social. ¿Qué repercusiones tiene?
Corredor Seco
El Corredor Seco cubre toda la zona a lo largo de la costa pacífica de la región desde Guanacaste en Costa Rica, hasta el noroeste de Guatemala.
El proyecto de investigación está liderado por el Dr. Hugo Hidalgo León, investigador y director del Centro de Investigaciones Geofísicas de la Universidad de de Costa Rica (CIGEFI). La causa de la investigación se da por las sequías que está padeciendo el CSC y otras amenazas hidroclimáticas a causa de la variabilidad que tiene el clima por el cambio climático.
En algunas zonas del CSC se puede observar cómo la sequía está evolucionando hasta alcanzar condiciones de aridez. Debido a que esta zona es muy vulnerable al cambio climático, los impactos geofísicos y socioeconómicos se ven más afectados por los efectos del calentamiento global.
En la zona del Corredor Seco viven cerca de 10 millones de personas. Estas personas necesitan de alimento y refugio. Por ello, es importante asegurar la alimentación que se ve mermada a causa de las recurrentes y prolongadas sequías. La sequía conlleva a situaciones de pobreza extrema.
Las personas que habitan este lugar suelen formar pequeñas familias y sus estilos de vida cotidianos se ven amenazados por estas condiciones climáticas tan extremas. A través de la obligación de emigrar desde zonas rurales a las urbanas a través de fronteras nacionales y regionales, se ha comenzado a notar una inestabilidad social y una posible crisis de refugiados fruto de un conflicto social por el territorio y los recursos.
Programa Integral del Corredor Seco Centroamericano
La investigación realizada por los científicos de la Universidad de Costa Rica ha logrado crear un Programa Integral del Corredor Seco Centroamericano (PICSC), para lo cual se realizó una “Reunión de coordinación inicial y taller centroamericano UCREA-PICSC”.
En el taller se realizó en el miniauditorio del Centro de Investigaciones Geofísicas (CIGEFI) de la UCR. Asistieron todos los participantes académicos e investigadores de Centroamérica que trabajan este tema. El objetivo de reunir a las personas que estudian el mismo tema en otros lugares es la de poder contrastar los diferentes impactos que tiene el cambio climático por zonas y reunir más información acerca de cómo detenerlo.
Durante la actividad, tanto el Dr. Hugo Hidalgo León, investigador principal del proyecto, como el investigador Dr. Yosef Gotlieb del David Yellin College of Education de Israel, expusieron los alcances del proyecto de investigación y del PICSC.
“Nosotros tenemos cinco años de hacer investigaciones en todos los países que están involucrados en el Corredor Seco Centroamericano. Los fondos otorgados por la Universidad de Costa Rica nos están permitiendo reunirnos con colegas de todos estos países. El proyecto es interinstitucional, interregional, es una colaboración internacional”. Explicó el doctor Gotlieb.
El programa pretende reunir todos los conocimientos necesarios sobre los aspectos ambientales que tienen los recursos naturales y sociales y cómo se ven afectados por el cambio climáticos en distintas zonas de Centroamérica, puesto que un cambio en uno de ellos, puede originar cambios en los demás. Todos los recursos y ecosistemas están conectados.
El programa trabaja en dos niveles: por un lado, tratando el nivel natural, donde se gestiona y conservan los recursos y, por otro lado, el humano, donde se tratan los problemas socioeconómicos que se derivan del cambio climático y el impacto que genera.
El programa comenzará por aumentar la capacidad de monitorización de sistemas de aire, tierra y agua para proveer de sistema de alerta temprana. Además, se aumentará la optimización del uso del agua y del suelo utilizando tecnologías de ambientes más áridos. Para el ahorro de agua, se emplearán cepas de cultivos que se adapten mejor a condiciones cambiantes.