Como se ha podido comprobar en otros artículos acerca del crecimiento económico y del cambio climático, existen personas que ven este fenómeno global como una oportunidad para aumentar la productividad y fomentar el crecimiento económico de los países. Esto es lo que opina el economista británico Dimitri Zenghelis.
¿En qué se basa este economista para pensar que el cambio climático es una oportunidad para crecer económicamente y no verlo como una amenaza global?
Economía y cambio climático
Dimitri Zenghelis es codirector de políticas en el instituto de investigación Grantham Research Institute de la London School of Economics y piensa que el cambio climático es una oportunidad económica para crecer. Ante la creciente necesidad de una transición energética basada en la descarbonización y el uso de las energías renovables, Dimitri piensa que apostar por las energías limpias y la eficiencia energética puede conllevar beneficios económicos para un país.
Factores económicos a tener en cuenta como son la aceleración en la innovación y la producción, un aumento del conocimiento, desarrollo de tecnología más eficiente y un aumento de la productividad en los sectores económicos más tradicionales pueden provocar la creación de nuevos puestos de trabajo y con mejores salarios.
A modo de una «guerra fría», la humanidad se enfrenta a un escenario en el que el cambio climático está «presionando» al ser humano para crear la tecnología necesaria para su adaptación. Por ello, todos los argumentos que expone Dimitri encajan en la Economía del Cambio Climático. Esta disciplina la defiende el profesor como una acción que consiste en «poner cartas en el asunto» y poder hacer frente a situaciones de reducción de los riesgos presentes y futuros que acarrean los aumentos de temperaturas y mezclarlos con una buena forma de trabajar que consista en costes más bajos para prevenir y paliar dichos problemas.
Beneficios de combatir el cambio climático
Dimitri no está afirmando que el cambio climático sea un evento en el que se pueda obtener un beneficio económico en sí, sino que su detención puede ayudar en el crecimiento económico de muchos países, puesto que esta vez la población se ve obligada a crecer y desarrollarse de una forma que no dañe el clima.
Hasta ahora se ha mantenido una forma exacta de ser productivo: contaminar para producir y crecer económicamente. Las emisiones de gases de efecto invernadero de un país guardan una estrecha correlación entre el PIB del mismo. Es decir, países más ricos que obtienen un crecimiento del PIB anual es mayor conforme sus emisiones de gases de efecto invernadero son mayores. Sin embargo, en un escenario donde priva la necesidad de reducir los efecto del cambio climático, esto no tiene por qué ser así.
Este economista se centra más en los beneficios que genera la innovación que en los costes que conlleva.
“Lo que puede suponer el cambio climático es un territorio desconocido para el ser humano y por eso es tan difícil cuantificar y saber qué es lo que realmente va a suceder”, explica.
Detener el cambio climático a tiempo
Claro que, como es razonable, todos estos beneficios económicos se podrán obtener siempre y cuando se consigan realizar dentro de un plazo no muy extenso. Es decir, el cambio climático es un problema real y requiere su desaparición cuanto antes. Por ello, es necesario abordar todos estos temas a tiempo.
La mayoría de los sectores tradicionales de la economía ya han calculado la cantidad que les va a costar poder modificar todos sus modelos de producción ante el panorama actual y saben a qué políticos pueden presionar para que lleven a cabo dichos cambios.
Los problemas principales a los que se enfrenta esta situación es la resistencia al cambio de los modelos de producción y los problemas de cálculo. Esto hace que la disciplina tarde más en implementarse, puesto que todos tendemos a comprar lo más barato, sin pensar cuánto ha contaminado en su producción. Tampoco vamos viendo qué banco invierte más en proyectos verdes.
Por lo tanto, se necesita un ente externo que nos fuerce a llevar a cabo ese cambio de paradigma económico que puede ser, en este caso, el cambio climático.