El cambio climático no sólo tiene efectos en los ecosistemas terrestres y marinos de todo el mundo. También tiene efectos negativos en la economía del ser humano. Debido a los impactos que tiene sobre el territorio y las actividades del ser humano (irónicamente, sobre las mismas actividades que lo generan), el Banco Mundial ha advertido que el cambio climático generará 100 millones más de pobres hacia el año 2030.
Esto se puede paliar si se cambian las tendencias actuales de consumo y se toman medidas hacia una transición energética basada en las energías renovables como fuente de energía, además de cumplirse los objetivos establecidos por el Acuerdo de París.
Más pobres
En una entrevista publicada hoy por el diario francés “Le Figaro”, la directora general del BM, Kristalina Georgieva, destaca que aunque el calentamiento climático afecta a todo el mundo, el riesgo es particularmente importante para los países pobres, por eso hay que ayudarles con fuerza e “inmediatamente” para adaptar sus infraestructuras y hacer evolucionar su agricultura.
La agricultura, a su vez, es causante de la sobreexplotación del agua y de la contaminación de acuíferos. Además, es causante de la deforestación de millones de hectáreas al año, por lo que no es del todo una solución perfecta. Sin embargo, es necesaria, puesto que cada vez en el planeta existen más bocas que alimentar, y la agricultura también ayuda en la absorción de CO2 por parte de la fotosíntesis realizada por los cultivos.
Conflictos
Existen 500 millones de personas en una situación bastante frágil en países como Haití, Irak, Siria o Libia y en África. Estas zonas sufren conflictos relacionados con las armas y las guerras que los conlleva a una pobreza importante, pero también son afectados, a su vez, por el cambio climático.
Para ejemplificar esto, en Siria se desató un conflicto que coincidió con una sequía que fue la causante de que las poblaciones rurales migraran hacia las ciudades. Cuando en poco tiempo una población se desplaza hacia un núcleo urbano, la demanda de recursos se dispara. Si la sequía no permite disponer de agua para todos, comienza la guerra por los recursos.
Otro ejemplo de que los conflictos armados y el cambio climático están estrechamente relacionados es que en el norte de Mali la menor productividad de las tierras con el consiguiente impacto negativo para la población favoreció la inestabilidad política.
Situaciones desesperadas
Ante estas situaciones en la que los recursos limitan cada vez más a las poblaciones, creando inestabilidad, guerras y aumento en las enfermedades y mortandad, es muy posible que aumente el número de desplazamiento de personas hacia otros lugares en contra de su voluntad. La migración es la única vía de escape para muchas familias que no puede continuar con su trabajo por la falta de recursos o por miedo a las guerras.
Según la ONU, son ahora 65 millones, de los cuales 21 millones son refugiados políticos, lo que constituye un récord histórico de desplazamiento de personas hacia lugares más seguros. El Banco Mundial según indicó esta antigua comisaria europea de la Ayuda Humanitaria y del Presupuesto, ha consagrado en los últimos ejercicios 10.000 millones de dólares anuales de media a la lucha contra el cambio climático.
A partir del 2020 se llevarán a cabo planes que dedicarán el 28% de sus medios financieros para paliar los efectos del cambio climático en las zonas más vulnerables y frágiles. Esto también ayudará a evitar conflictos políticos por los intereses y la falta de recursos como el agua.
Cambios de escenarios
No debemos olvidar que los escenarios en los que vivimos van a cambiar con el cambio climático. Con el aumento del nivel el mar, las ciudades costeras sufrirán migraciones y modificaciones. Por otro lado, los Gobiernos deberán destinar gran parte del PIB de los países a llevar a cabo planes de adaptación contra el cambio climático.
El escenario que nos espera no es muy esperanzador, por lo que todas las acciones que llevemos a cabo ahora, son pocas.