A diferencia del año 2017 que hemos dejado atrás como el más cálido desde el 1965 y el segundo más seco, el año 2018 ha entrado con abundantes precipitaciones en todo el país, superando a la media normal.
Las lluvias han mejorado algo el déficit hídrico, aunque aún estamos muy lejos de los valores normales. ¿Cómo se encuentran nuestros embalses tras las lluvias y nevadas?
Más precipitaciones
El 2018 ha comenzado con abundantes precipitaciones en todo el país, siendo muy superiores a los valores normales en los primeros días de enero. Las intensas lluvias acaecidas y las nevadas también ocurrida a finales de diciembre han ayudado a reducir un poco el déficit hídrico que acumula España desde el comienzo del año hidrológico en casi 10 puntos.
El porcentaje medio de agua embalsada en España ha aumentado de un 35% a un 45%. En estas fechas, en 2017, estábamos a un 50% y hace 10 años a un 60%. Por lo que se puede ver como aún estamos lejos de los valores normales, puesto que hablamos de valores medios.
Las precipitaciones han tenido lugar casi en todo el territorio peninsular, excepto en el norte de Castilla y León, el este de Castilla-La Mancha y Andalucía y la zona de Levante, según los datos recopilados en la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Se han acumulado cantidades superiores a los 10 litro por metro cuadrado en la mayor parte de la península y en los archipiélagos. En toda la mitad oeste de Andalucía, los sistemas Central e Ibérico y en toda la franja norte peninsular, que abarca desde Galicia hasta Gerona se han llegado a superar hasta los 30 litros por metro cuadrado.
La cantidad acumulada de precipitaciones más destacada son la de 100 litros por metro cuadrado que se han superado en puntos aislados de las provincias de Pontevedra y La Coruña, en áreas de Cantabria y al norte de Guipúzcoa y Navarra.
Hay que tener en cuenta que los datos de la Aemet están actualizados a día 11 de enero. Aún tienen que datar toda la cantidad de agua que llega los embalses de los ríos principales afluentes de los mismos.
Comparación con el 2017
En comparación con los datos de estas fechas del año 2017 (fue el segundo más seco y el más cálido desde 1965), 2018 ha comenzado bastante más lluvioso. La falta de precipitaciones acumuladas en 2017 ha agravado la situación de sequía y propiciado un continuo descenso del nivel de los embalses.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha valorado las lluvias de enero y ha observado que estas precipitaciones han permitido pasar de un déficit hídrico del 44,9 por ciento al 35,5 por ciento. Las precipitaciones acaecidas ayudarán notablemente al crecimiento del cereal y en general para todo el campo.
Aunque aún no hay que bajar la guardia, puesto que estamos muy lejos de los valores normales de agua embalsada. El ahorro de agua es imprescindible si queremos conservar los recursos hídricos.
Planes de sequía
Para paliar la sequía el Gobierno ha impulsado durante los últimos meses un paquete de obras de emergencia, y entre éstas destacan las actuaciones que han permitido movilizar 350 hectómetros cúbicos adicionales en las cuencas del Segura y del Júcar, las que más acusan el estrés hídrico.
Desde mayo de 2016 hasta ahora el Gobierno ha estado realizando actuaciones para paliar la sequía en las cuencas del Segura y el Júcar. Para ello, se han destinado más de 83 millones de euros. La sequía es un problema muy grave para la ciudadanía.
El agua hay que sacarla de donde se pueda, ya que no llueve. Por ello, se han destinado 17,3 millones de euros entre el 2015 y el 2017 para aumentar la cantidad de agua desalada. Además, para modernizar el regadío y optimizar la cantidad de agua se emplea en la agricultura se han destinado 60,7 millones de euros en actuaciones, sobre todo en Huesca, León y Valencia.
Para no bajar la guardia, el Ministerio ha lanzado la campaña de concienciación ambiental sobre el uso del agua con el lema «El agua nos da la vida. Cuidémosla».