Tras el terremoto del mes pasado y la erupción del volcán Popocatépetl en México, muchas personas se preguntaron acerca de si existía una relación entre ambos. Los expertos en su momento lo negaron. Una de las principales razones era la distancia que existía entre el epicentro del terremoto y el propio volcán. Cientos de kilómetros que a priori, parecían no indicar una relación, por lo que se desestimó. A pesar de ello, no deja de ser curioso, y ahora un nuevo experto habla de la posibilidad de que así sea.
Hablamos de Carlos Demetrio Escobar, un vulcanólogo salvadoreño que refuta esta anterior hipótesis. Según sus observaciones, es evidente la gran cantidad de energía que se genera en un terremoto. Teniendo en cuenta este fuerte movimiento telúrico, puede provocar incluso que un volcán activo cobre más potencia. No solo eso, también señaló que un terremoto cercano a una cordillera volcánica puede ser indicador de la actividad de un volcán activo.
Volcanes y terremotos, sus relaciones
La erupción de un volcán parte de la consecuencia del aumento de temperaturas en el magma. El magma, que se encuentra dentro del manto terrestre, podría ser calentado por la sacudida de un terremoto. Carlos Demetrio, explica que ésta sería una de las causas que provocaría la erupción tras los temblores. La cavidad magmática, el lugar donde se acumula la roca fundida de un volcán activo, tomaría más potencia. Esto se traduciría en una mayor presión, lo que al final evocaría en una mayor probabilidad de erupción.
Según el experto, un volcán activo es aquél que podemos considerar que tiene la potencia necesaria para presentar erupciones, o que las ha hecho con anterioridad al menos en los últimos 500 años. Eso elevaría realmente el número de «volcanes activos».
Escobar, lo que si quiso dejar claro en todo momento fue, que no relacionar terremotos y volcanes, es muy precipitado. Sobretodo, teniendo en cuenta que la «morfología» de ambos, es muy parecida. Una puede alimentar o provocar a la otra.