¿Qué te gusta más: una hamburguesa con patatas o una ensalada? Las verduras no suelen gustar, pero deberían. La ganadería emite más del 14,5% de los gases de efecto invernadero mundiales, y eso es un problema, ya que en el mundo se consume una media de 40kg de productos de origen animal por persona y año; en España, 100kg.
Para que el planeta sea sostenible, se debería de reducir el consumo de carne cinco veces según Florent Marcellesi, eurodiputado de Equo.
El consumo de carne en los países llamados del Primer Mundo se está disparando, lo cual se refleja en las calles. Cada vez hay más personas obesas mientras que en países como Japón, donde llevan una dieta más vegetariana, es difícil encontrar a alguien que tenga sobrepeso.
Según un estudio dirigido por la Universidad de Oxford y realizado en el 2014, las emisiones de CO2 de las personas vegetarianas son un 50% menores que las de quienes consumen carne a diario, y las de las veganas un 60%. Sin embargo, no es necesario volverse vegetarianos para ayudar al planeta; tan sólo consumir de todo: frutas, verdura, y de vez en cuando carne. El ser humano es omnívoro y proviene de los monos, que son unos animales que comen sobretodo plantas, excepto algún que otro, como el chimpancé africano, que también se alimenta de insectos.
¿Qué ocurre? Que comer carne procesada se ha vuelto más asequible que comer frutas y verduras, lo cual es ilógico ya que se requieren muchos más recursos para producir carne que frutas y verduras. Sale más barato comprar carne que verduras, y por lo tanto, eso es lo que comemos.
Pero si continuamos así, los paisajes naturales que tanto nos gustan podrían dejar de serlo pronto a menos que reduzcamos las emisiones de dióxido de carbono (CO2), y ello implica reducir el consumo de carne.