Vivimos en un planeta precioso, pero lamentablemente cada vez es más difícil encontrar zonas naturales limpias. Hoy en día, el plástico es uno de los materiales que más se utilizan, y también es uno de los que más tardan en descomponerse; de hecho, a una simple bolsa de plástico le puede llevar 150 años en degradarse. Y sin embargo… parece que de momento no va a cambiar nada.
Y debería: hemos creado más de 8 mil millones de toneladas métricas de plástico desde 1950 según un estudio dirigido desde la UC Santa Bárbara por el ecólogo industrial Roland Geyer. ¿Estaremos yendo hacia el plasticoceno?
Pues visto lo visto, es más que probable. Geyer y su equipo descubrieron que la producción mundial de resinas y fibras plásticas aumentó de 2 millones de toneladas métricas en 1950 a más de 400 millones de toneladas métricas en 2015. Y el ritmo de producción de plástico no parece que vaya a desacelerarse: del total de resinas y fibras plásticas que se produjeron entre 1950 y 2015, más o menos la mitad se produjo en los últimos 13 años.
Lo peor no es la producción en sí, que ya es de por sí preocupante, sino el hecho de que tarde más de un siglo en degradarse, o incluso más. A este respecto, la coautora del estudio Jenna Jambeck, profesora asociada de ingeniería de la Universidad de Georgia, dijo que »la mayoría de los plástico no se biodegradan en ningún sentido significativo, por lo que los residuos de plástico que han generado los seres humanos podrían estar con nosotros durante cientos o incluso miles de años».
¿Dónde va a parar todo ese plástico? Una importante parte, tristemente, va al ambiente natural. Sólo en el 2015, un 79% de la producción acabó en los mares y entornos naturales. Para que nos hagamos una idea de lo grave que es el problema, tenemos que saber que de los 275 millones de toneladas métricas que se generaron en el 2010, unos 8 millones entraron en el océano.
Si bien no se trata de eliminar el plástico de nuestra vida, los investigadores opinan que es urgente tomar medidas para evitar acabar viviendo en un mundo de plástico.
Puedes leer el estudio aquí.