Larva de mosca del género Chaoborus sp
Si bien hasta ahora se pensaba que las vacas eran los únicos animales, a parte del ser humano, que tenía una influencia importante en el calentamiento global, ahora los científicos han descubierto otros que les han dejado asombrados: las larvas de la mosca Chaoborus.
Estos seres viven en los largos y estanques, alimentándose de larvas de mosquitos hasta que se convierten en adultos y salen del agua para reproducirse y poco después fallecer, ya que o no se nutren, o lo hacen de néctar.
Un estudio publicado en el »Science Reports», realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Ginebra (Suiza) en colaboración con el Instituto Leibniz de Ecología de Agua Dulce y Pesca Interior de Berlín (IGB, por sus siglas en inglés), ha descubierto que las larvas de la mosca Chaoborus aprovecha el gas metano y lo expulsa de nuevo al agua.
Estas larvas, que durante el día permanecen escondidas entre los sedimentos del lago, por la noche llenan de oxígeno sus pequeñas vesículas y se elevan hasta la superficie en busca de alimento. Sin embargo, los expertos han descubierto a ciertas profundidad, la presión del agua es tan grande que impide que dichas bolsas se llenen, lo que hace que las larvas recurran a la absorción del metano que encuentran entre los sedimentos para llenarlas y usarlas así como »flotadores».
Imagen – UNIGE
Gracias a esta estrategia de supervivencia, las larvas pueden ahorrar hasta un 80% de energía, de modo que necesitan menos alimento. Pero esto supone un problema: el metano es un gas que se encuentra de manera natural en los sedimentos del lago, pero cuando es utilizado por las larvas para propulsarse, se disuelve en el agua. Al hacerlo, puede llegar a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global.
Por eso, los expertos atribuyen al agua dulce el 20% de las emisiones de gas metano. La densidad de las larvas del género Chaoborus en los lagos oscila de 2000 a 130.000 individuos por metro cuadrado. Para evitar su proliferación, y de paso reducir la cantidad de metano que se libera a la atmósfera, los autores abogan por un mayor control del agua de los lagos, y de aquellas fuentes responsables de las emisiones de metano.