Playa de Cala Millor (Mallorca)
Baleares, un archipiélago situado al este de la península ibérica, es muy vulnerable al cambio climático. En las últimas cuatro décadas la temperatura ha aumentado casi tres grados centígrados. Puede no parecer mucho, pero lo cierto es que es bastante si lo comparamos con lo que ha subido en otras partes del mundo.
Debido a esta situación, el verano parece que se alarga cada vez más, fundiéndose y mezclándose con la primavera, la cual se vuelve más y más cálida a medida que pasan los años.
Así lo revela un estudio publicado en la revista científica internacional »International Journal of Climatology», realizado por el investigador jefe del grupo de Meteorología del departamento de Física de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) Romualdo Romero con colaboradores como Agustí Jansà, ex-director de la AEMET en Baleares.
Pero, ¿por qué? Hay que tener en cuenta que la región mediterránea es una zona de transición entre climas áridos y templados. El efecto invernadero ha provocado cambios en la circulación atmosférica haciendo que el cinturón anticiclónico tropical, que es lo que define el verano en el mediterráneo, se haya expandido hacia el norte. Debido a ello, la sensación de que los veranos se hacen cada vez más largos es creciente.
Al mismo tiempo, las precipitaciones son más escasas, aunque esta disminución no es tan llamativa como la subida de las temperaturas. Sin embargo, debido al deshielo de los polos, el nivel del mar ha subido de 10 a 20 centímetros en el último siglo, y es de esperar que siga aumentando entre 40 centímetros y un metros más a finales de siglo, según dijo Romero.
Si no se toman medidas para mantener la temperatura media global por debajo de los 2ºC, en el 2020 en Baleares podría aumentar 2ºC, y en el 2100 hasta 6ºC.