Las plantas no son sólo seres que producen el tan necesario oxígeno, sino que ahora también pueden ayudar a los científicos a mejorar los modelos de cambio climático gracias a una técnica desarrollada por Josep Peñuelas, investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB).
Esta técnica, basada en el análisis de imágenes de teledetección obtenidas desde satélites, permitirá a los investigadores tener una idea más clara y concisa del futuro que nos espera.
Hay una serie de coníferas, como los pinos o los abetos, que al ser plantas siempreverdes a los científicos les ha resultado muy complicado captar cómo cambia la fotosíntesis que realizan estas hojas a lo largo de todo el año. Sin embargo, ahora han descubierto que en los meses más fríos la producción de clorofila (el pigmento que otorga el color verde a las hojas y que es responsable de la fotosíntesis) se reduce en favor de otros pigmentos: los carotenoides (de un color rojizo o anaranjado).
Gracias a la teledetección desde satélites de la cantidad de clorofila y carotenoides, podrán registrar todos los cambios estacionales, unos cambios que según Peñuelas coinciden y siguen el mismo patrón que la tasa fotosíntetica así como de la producción primaria bruta del ecosistema, que es la cantidad total de dióxido de carbono que se fija en las hojas durante la fotosíntesis.
Así, sabiendo qué proporción hay de clorofila y de carotenoides, podrán hacer mejores estimaciones de la cantidad de carbono que los diferentes ecosistemas capturan a lo largo del año, lo cual a su vez servirá para hacer mejores proyecciones del cambio climático ya que este es un fenómeno que altera los ciclos de las plantas.
Conocer los efectos de los cambios que se vienen produciendo en el clima tanto en las plantas como en los animales nos ayudará a entender lo que está sucediendo en el planeta Tierra.