El 18 de mayo en el periódico »The Guardian» se publicó una noticia un tanto curiosa: la bóveda del juicio final de Svalbard se ha inundado debido al hielo derretido por las altas temperaturas. En este lugar se guardan cerca de un millón de semillas de una gran variedad de plantas para que, en el caso de que se extinguieran poder volver a recuperarlas.
Claro. Cuando un lugar así se inunda lo normal es preocuparse; no en vano, el día de mañana podríamos necesitar esas semillas. Pero la realidad no fue tan dramática.
Uno de los creadores de la bóveda habló con el »Popular Science», y les explicó que realmente no se había inundado, sino más bien que entró agua por el túnel, algo que al parecer pasa regularmente, y se congeló. El túnel, que mide unos cien metros, sirve como pasarela hacia el interior de la montaña. Antes de llegar a las puertas de la bóveda, el terreno se desplaza hacia arriba, y es precisamente en esta área donde el agua se acumule y sea evacuada por dos bombas.
»El túnel no fue diseñado para ser resistente al agua en la parte delantera porque no creíamos que fuera necesario», explicó. Aún así, si el agua entrase más no tardaría en congelarse, ya que la temperatura es de -18ºC. Pero se supone que un sitio de estos debe de poder mantenerse solo, de modo que el gobierno noruego planea arreglar la filtración para que no vuelva a ocurrir más.
De todas maneras, dijo que, basándose en los estudios que ha realizado, si todo el hielo se derritiera y un tsunami muy grande ocurriera justo delante de la bóveda, no habría problema, ya que la bóveda se encontraría todavía a unos cinco o siete pisos por encima del evento.