Se trata de una fuente termal que expulsa de manera regular agua hirviendo y vapor de agua. Lo hace periódicamente, en forma de columna, y es muy atractivo y bonito de ver si nunca se ha visto antes. Su nombre, Géiser, deriva de Geysir, en Islandia. Se debe a que uno de los más famosos que tiene se llama así, y al final su nombre, ha sido adoptado para nombrar a éste tipo de fuentes como nombre común.
Islandia, es una región muy proclive a tener Géisers. De echo, es una de las zonas del planeta donde más fenómenos «especiales» existen, dada su ubicación. Por esta razón, los Géisers requieren para existir de una hidrogeología favorable que se encuentra en pocos sitios del planeta. Existe un millar alrededor del planeta, y la mitad de ellos se encuentra en el parque nacional de Yellowstone, en Estados Unidos.
¿Cómo son?
Hay dos tipos. Uno es de tipo cono. El otro tipo que existe es de fuente. Ambos expulsan el agua, siguiendo un patrón muy parecido. Si un día nos encontramos frente a un Géiser, y queremos lograr no perdernos el momento de la expulsión, hay que decir que ocurre en cuatro fases. La primera es que el vapor sale del agua caliente. La segunda es que el agua se empieza a desbordar. Luego la tensión superficial, provocada por el agua que se había enfriado, se rompe. Y finalmente expulsa toda esa agua.
Para entender como pueden existir, encontramos la primera causa en el agua. El agua superficial es filtrada en el suelo y se acumula en cavidades internas. Al estar muy abajo, y normalmente en zonas donde la corteza es más delgada, la temperatura es alta. El magma se encarga de elevar la temperatura, lo que hace calentar el agua hasta vaporizarla. Eso es lo que provoca que aumente la presión, y que tengamos las fases de expulsión, mencionadas en el párrafo anterior.
El tiempo entre erupciones de agua, varía mucho de un géiser a otro. Uno de los más activos lo encontramos en Islandia, el Strokkur, cuyas regulares expulsiones que duran segundos ocurren cada 14 minutos. En cambio hay otros como el Grand Geyser en Estados Unidos que expulsa el agua durante unos 10 minutos, cada 8 a 12 horas. No hay un patrón exacto.
El Géiser Fly
No podía faltar esta maravilla de la naturaleza que parece sacada del cuento de Alicia en el País de las Maravillas. La foto que se aprecia es real, no tiene retoques, ni con programas, ni nada. Existe así, tal cuál se aprecia, y se encuentra en Estados Unidos. Su ubicación se encuentra en una zona desértica llamada Gerlach en Nevada. Sólo tiene un pero, no es de acceso público. Porque se encuentra exactamente dentro de un rancho privado, llamado Fly Ranch. Para bien, o para mal.
El motivo de que este Géiser pueda existir se remonta al año 1916. En aquél entonces, un grupo de hombres quiso perforar la tierra en busca de agua para los cultivos y los animales. Y así fue la encontraron, pero a 200ºC. Los hombres al ver su error, quisieron taparlo. Finalmente, años más tarde, en el 1960, el géiser emanó de forma natural expulsando su agua hirviendo.
Los sedimentos de carbonato cálcico del terreno, han ido creando los colores más increíbles, con sus expulsiones. Verdes, rojos, amarillos, volviéndolo un punto mágico en medio del desierto. Por si algún día alguien se encontrara cercano, y no pudiera acceder al lugar, cójanse unos prismáticos. Porque aunque el paso esté restringido, sí puede verse desde la carretera que atraviesa el condado de Washoe.
Hay que señalar, que alrededor del Géiser Fly, existe además una biodiversidad, con muchas plantas, lagos y cientos de aves. Realmente un oasis en medio del desierto. Una preciosidad que esconde nuestro querido planeta Tierra, que no podía olvidar en nuestro artículo dedicado a los Géisers.