El gobierno sacó este año un estudio en el que pronostica que un 75% de la superficie está en riesgo de convertirse en riesgo si las cosas no cambian. Contundente y alarmante. Sin embargo, son tantas ya las noticias relacionadas con catastrofismo climático que, apenas el 0,6% de los españoles están interesados en él. Y es que, se necesitan noticias positivas sí, pero… ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué la gente no reacciona? Se llama, «el síndrome de la rana hervida». El filósofo y escritor francés Olivier Clerc, explico este fenómeno que él detecto convirtiéndolo en una fábula. Es aplicable a todas las personas, ya que a todos nos ocurre en algún aspecto de nuestra vida. El síndrome de la rana hervida, nos invita a reflexionar sobre nuestra vida con esta analogía real.
Una rana que esté dentro de una olla a punto de hervir saltaría, para no morir. Sin embargo, si la rana estuviera dentro de la olla, y la temperatura del agua subiera poco a poco a razón de 0,02ºC por minuto no lo haría. El proceso es muy lento e imperceptible, y en cuánto toma consciencia del problema, ya es demasiado tarde y muere hervida. En la historia, ha ocurrido en más de una ocasión este problema. A veces de forma paulatina, otras de forma exponencial. Podemos encontrar dicho problema incluso entre los recursos de nuestro planeta y la superpoblación que nos ocupa. Un pequeño análisis nos hace ver cómo cada vez nos hemos multiplicado más rápido. Y aunque parece que no seguiremos creciendo a un ritmo tan desenfrenado, seguiremos creciendo. Con el cambio climático, las consecuencias son las mismas, se ven, y lo vemos como algo aún lejano.
Futuros riesgos de desertificación en España
Para el año 2090 se calcula que entre un 75% y un 80% de la superficie está en riesgo de desertificarse. El programa de Acción Nacional contra la Desertificación nos muestra las zonas más proclives a éstos cambios. El Gobierno apuesta por llevar iniciativas en todos los sectores, sobretodo aquellos que implican mayores recursos de agua, el forestal y el agrícola. La respuesta que se da va en tres direcciones. Por un lado impedir que más zonas se vuelvan desérticas. En segundo lugar, rehabilitar zonas que ya han sido desertificadas. Finalmente también desarrollar de forma sostenible aquellas zonas áridas que no se pueden recuperar.
Los paleoecólogos Joel Guiot y Wolfgang Cramer anunciaron en la revista Science, que en el año 2090 la mitad de España sería como el Sáhara. Este escenario, junto con las subidas de temperaturas pronosticadas, y los continuos récords que se van registrando como en este verano, hacen de las predicciones, lo menos descabelladas hasta para los más escépticos. Subidas de 3 a 4 grados en Madrid, que la convertirán en temperatura igual a Casablanca. Y surgirán nuevos ecosistemas en la cuenca Mediterránea que no se habían visto en 10.000 años.
Los lugares más afectados del Mediterráneo y en España
El cambio en las precipitaciones también es otro factor. De entre las comunidades más afectadas estarán Murcia y la Comunidad Valenciana. Son los lugares donde más se prevén los efectos del cambio climático. Y en si, toda la zona del clima mediterráneo seco y semiárido. Entre los más acusados para ver las consecuencias de la desertificación está el periodo entre 2041 y 2070. Se prevé que el índice sea muy alto, y aunque se asume que algunos cambios serán inevitables, se pondrán todos los esfuerzos en mitigar los efectos.
Paco Gil, secretario de la Organización del Sindicato Agrario, explica que no se trata de ser alarmistas, sino el realismo de lo que está sucediendo. «Las pluviometrías son las que son desde hace dos décadas, así que decir que el desierto cada día llama más fuerte a nuestra puerta no es alarmista», según sus palabras, en relación a la catástrofe que ya se vive en Murcia.
Hay que ir tomando medidas, todos en general, y ser conscientes del futuro que nos depara. El desierto gana cada vez más terreno hacia el norte, y no se va a solucionar regando con aspersores una rotonda de tráfico mostrando hierba verde.