España es el país europeo más afectado por el calentamiento global

Sequía en España

España es ya el país de toda Europa al que más le están afectando las consecuencias del calentamiento global. La temperatura subirá más de 1,5 grados centígrados, lo que supondrá un aumento de más del doble que la media global. Además, el nivel del mar continuará creciendo, a medida que el deshielo en los Polos se agrave.

Este cambio climático está afectando a la vida, tanto marina como terrestre, de los ecosistemas españoles, que ven cómo cada vez les es más difícil llevar una vida normal.

El clima del sur del país se está volviendo más »africano», tal y como comentábamos en otro artículo; y el del norte es más »mediterráneo». La temperatura media en algunas zonas de España podría incrementarse »cuatro, cinco o seis grados» antes de que termine el siglo, si la tendencia actual no cambia, según Ernesto Rodríguez, jefe del Área de Evaluación y Modelización del Clima de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

La falta de precipitaciones está haciendo que los cultivos tengan verdaderas dificultades para dar frutos, especialmente en el sur de la península. Pero, además, el sector turístico, el que más ingresos genera en el país, es otro gran damnificado del cambio climático, y es que a medida que las temperaturas aumentas, los fenómenos meteorológicos extremos como las sequías o las olas de calor se intensificarán, y eso sin contar con las estaciones de esquí españolas se podrían ver obligadas a cerrar… o a producir nieve artificial.

Calor en Esoaña

Todos estos cambios están afectando también a la biodiversidad. Por ejemplo, en el Montseny (Barcelona) o en la Sierra de Guadarrama (Madrid), los enebros, las hayas, los brezos, así como algunas aves, como el papamoscas cerrojillo, ya están teniendo dificultades para sobrevivir en estas latitudes.

Por otra parte, los insectos y animales invasores, como la procesionaria del pino, una oruga que afecta a los pinos gravemente, cada vez sobreviven a mayor altitud, pues los inviernos son más benignos.

Es una situación que, si bien no se puede cambiar, sí que se podría evitar empeorarla si cuidásemos del planeta.


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