Hace pocos días un reporte científico que se publicó en el «Scientific Reports» 7 (el número del artículo es el 5828 del 2017), dio lugar a conclusiones más que alarmantes. El metano atrapado en el hielo ártico del permafrost discontinuo, se está liberando. Para entender la importancia de la gravedad de éste suceso, primero debemos tener en cuenta que se tratan de bolsas de gas metano atrapado en hielo que, una vez descongelado, se descongela de forma permanente. La liberación de gas metano, tiene un potentísimo efecto invernadero. Es 20/30 veces más potente y negativo respecto al dióxido de carbono.
Según las estadísticas de los estudios, el gas metano es el 3er causante de la subida de temperaturas en el planeta. El problema aquí radica en, la liberalización de ese metano que yacía atrapado y acumulado bajo el hielo, que ahora está liberándose. El permafrost discontinuo, que se le llama así por las diferencias respecto a las capas heladas y más recientes, se formó en el Pleistoceno. El impacto que esto pueda tener, será alto por su efecto retroalimentado. El gas metano liberado, aumenta el calentamiento, lo que aumenta el deshielo, lo que aumenta la liberación del gas metano de las zonas que no se van a volver a helar… etc.
¿Cómo se realizó el estudio?
El estudio, que se realizó en el delta del Mackenzine de 13.000km2. Es el segundo delta ártico. Él área estudiada fue de 320km de oeste a este y 240km de norte a sur. Las mediciones se tomaron a bordo de la nave Polar 5 del Instituto Alfred Wegener Helmholtz, Centro de Ciencias Polares y Maribas. Aunque el estudio es de reciente publicación, el período que duró el estudio en la aeronave fue entre el 2012 y 2013. Incluyendo un total de 5 días de vuelo y 44 de rutas de vuelo para el primer año, y 7 días de vuelo más 40 rutas el segundo año.
Las mediciones de la nave se realizaron con un cabezal de nariz de 3 metros, incluyendo una sonda de 5 agujeros para medir el vector del viento 3D que fue montado en la parte delantera del avión. El aire de muestra se extrajo de una entrada por encima de la cabina, y se analizó en un RMT-200 en 2012 sólo las concentraciones de gas metano. En 2013 se analizó en un Fast Greenhouse Gas analizador FGG24EP, tanto para gas metano, como dióxido de carbono y vapor de agua.
¿Qué conclusiones se saca del estudio?
El estudio fue realizado en el permafrost discontinuo del delta de Mackenzie, Canadá. Las fuertes emisiones de gas metano que se están experimentando, fueron medidas a lo ancho de 10.000km2. Se demostró que el permafrost actúa como una gran capa de hielo que almacena recursos minerales y fósiles.
Adelgazamiento del permafrost
En primer lugar, el adelgazamiento del permafrost en un clima más cálido, puede no sólo resultar en el aumento de la emisión de gas metano biogénico. Sino también en el aumento de las emisiones de gas metano geológico, que actualmente está atrapado bajo el permafrost continuo y espeso. A medida que se abren nuevas vías de emisión debido al descongelamiento que sufre el permafrost.
Hay más áreas aparte de la estudiada con similares condiciones
En segundo lugar, otras regiones árticas con reservas de gas natural y petróleo, que actualmente están tapadas por el permafrost continuo, podrían ser incluidas al abordar futuras emisiones de gas metano, si continua el permanente descongelamiento del permafrost.
Efecto de retroalimentación
En tercer lugar, los resultados que sacan los científicos indican que las emisiones geológicas de gas metano, pueden contribuir de forma muy considerable al efecto de retroalimentación. Permafrost-Carbono-Clima (más técnicamente). Sobretodo en las áreas de permafrost vulnerables a la descongelación y por lo tanto merecen más atención.
Los estragos que está causando el calentamiento global, son cada vez más evidentes en todos los países. La pregunta ya es, si bastará sólo con que se reduzcan las emisiones de CO2, o habrá que hacer algo más al respecto. El círculo vicioso al que se está entrando, parece que no va a detenerse así como así.