Las erupciones volcánicas son unos de los mayores espectáculos que nos ofrece la naturaleza. Llamativos, impactantes, y a veces peligrosos: tienen todo para que la humanidad los tema… o por el contrario quiera acercarse lo máximo posible a ellos para contemplar su belleza. Una belleza de fuego, ceniza, y a veces incluso rayos.
Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué erupcionan los volcanes?
Bueno, la explicación es realmente sencilla: en el interior del volcán hay roca líquida con una temperatura muy, muy alta -ente los 700 y los 1500 grados Celsius-, la cual busca la manera de salir. Pero claro, ¿cómo estalla y por qué?, es decir, ¿por qué »despierta» un volcán?
Resulta que en su interior se van acumulando gases y roca fundida haciendo que el magma, el cual está a varios kilómetros de la superficie, vaya ascendiendo debido a la presión. Al hacerlo, funde las rocas que encuentra a su paso, sumando así más presión. Finalmente, cuando ya »no puede más», es cuando estalla de forma más o menos violenta dependiendo de las características del volcán, expulsando cenizas y polvo a la atmósfera, mientras deja su particular rastro también por los pueblos o ciudades que estén a su alrededor.
Como decíamos, a veces los rayos aparecen en el cielo durante una erupción volcánica. Actualmente no hay una única posible explicación a este fenómeno, sino dos, que son:
- El aire caliente que emerge del volcán, al encontrarse con una atmósfera fría, los produce.
- O bien se puede deber a que todo el material que surge del volcán posee carga eléctrica capaz de generar rayos.
Las erupciones volcánicas son unas auténticas maravillas: es una muestra más del poder que tiene la naturaleza, y que podemos ver en vivo y en directo desde muchos puntos, como por ejemplo desde Sicilia (Volcán Etna), o Japón (Monte Aso).
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