El hielo del Ártico se derrite a un ritmo alarmante, y la perspectiva de su desaparición completa en las próximas décadas es cada vez más real. Este fenómeno está relacionado directamente con el calentamiento global, el cual afecta a la capa de hielo que flota sobre el océano Ártico y sus mares circundantes. La situación es más grave de lo que se pensaba inicialmente: no solo el hielo joven, que tiene pocos años de existencia, se ve afectado, sino que el hielo viejo también está en peligro de extinción.
La medida de la extensión del hielo ártico es un tema complejo, debido a la falta de datos precisos. Para abordar esta cuestión, investigadores de la NASA han implementado un innovador método de análisis desarrollado por la Universidad de Colorado, que permite monitorizar el hielo desde 1984 hasta la actualidad. Este análisis incluye la medición de diversos parámetros, tales como la temperatura, salinidad, textura y el grosor de la capa de nieve que cubre el hielo, utilizando instrumentos de microondas pasivos satelitales. Para más información sobre esta problemática, consulta cómo el deshielo en el Ártico está afectando a otras regiones del planeta.
Gracias a esta tecnología, los científicos han creado una animación que ilustra el crecimiento y contracción del hielo del Ártico a lo largo de los últimos 32 años, mostrando de forma visual el impacto del cambio climático.
Es importante destacar que la cantidad de hielo en el Ártico no es constante. Cada año se incrementa durante el invierno y disminuye durante el verano, un ciclo que es natural. El hielo que sobrevive al invierno puede crecer significativamente: los primeros años puede llegar a aumentar entre 1 y 3 metros, y el hielo más viejo puede alcanzar un grosor de hasta 4 metros. Este hielo más antiguo suele ser más resistente a los impactos de las olas y tormentas; sin embargo, no está protegido contra el aumento de temperaturas. Para más información sobre las condiciones del hielo, puedes leer sobre cómo el hielo del Ártico se derrite también en invierno.
El investigador Walt Meier, del Centro Goddard de la NASA, declaró que se ha perdido una gran parte del hielo más antiguo en el Ártico. En 1980, el hielo de varios años representaba más del 20% de la cobertura de hielo total. Sin embargo, hoy en día, este porcentaje ha caído dramáticamente a solo un 3%. Si esta tendencia continúa, es probable que en un futuro cercano el Ártico viva un verano sin hielo, lo que tendría consecuencias catastróficas para el medio ambiente. Para comprender mejor el impacto de la pérdida de este hielo, es adecuado leer sobre las consecuencias del deshielo en el Ártico.
Evidencias del Cambio Climático
Las imágenes y datos recopilados por la NASA revelan un impacto innegable del cambio climático. Un video publicado por la agencia muestra cómo se ha reducido el hielo en el océano Ártico en las últimas tres décadas. En septiembre de 1984, el hielo más antiguo cubría aproximadamente 1.860.000 kilómetros cuadrados, pero en 2016 esa cifra había disminuido a tan solo 110.000 kilómetros cuadrados. Este deshielo no solo es preocupante por la cantidad de hielo que se pierde, sino también por la calidad del mismo. Para entender mejor el impacto del deshielo, consulta las .
Este fenómeno de deshielo es consecuencia de la subida de las temperaturas, especialmente durante el verano, un período en el que el hielo más viejo, que debería ser más grueso y resistente a la fusión, se ve cada vez más amenazado. Ahora, la capa de hielo marino es considerablemente más vulnerable al calentamiento tanto de la atmósfera como del océano. Además, el deshielo del permafrost ártico también está generando preocupaciones sobre el metano atrapado que podría liberarse al medio ambiente.
Un dato alarmante es que, con cada año que pasa, el hielo marino del Ártico no solo se reduce en superficie, sino que también se vuelve más delgado y joven. Esta situación crea un ciclo vicioso que complica aún más la recuperación del hielo, dado que un hielo más delgado se derrite más rápidamente, lo que contribuye aún más al aumento de las temperaturas globales. Para conocer más sobre este ciclo, puedes leer sobre cómo el deshielo en el océano Antártico puede afectar la formación de nubes.
Observaciones y Resultados de la NASA
La NASA ha estado estudiando la evolución del hielo en el Ártico mediante diversas técnicas innovadoras. Por ejemplo, los investigadores han desarrollado un enfoque que permite seguir el movimiento del hielo mientras se desplaza por el océano, lo que permite a los científicos rastrear el hielo hasta que se derrite o se aleja del Ártico.
Además, el análisis incluye la medición de la temperatura de brillo que se emite desde el hielo marino. Esta medición, influenciada por la temperatura, salinidad y textura, ofrece información valiosa sobre la salud del hielo. Sin embargo, es importante destacar que las mediciones directas del grosor del hielo son esporádicas, lo que ha llevado a los científicos a utilizar estimaciones basadas en datos de diversas fuentes para poder monitorear su evolución. Esto se torna vital para entender la transformación continua del hielo en el Ártico y cómo esto puede afectar a lugares lejanos, como puedes leer en el artículo sobre cómo afecta el deshielo del Ártico a España.
La pérdida de hielo en el Ártico es un claro indicador de los efectos del cambio climático. Los datos que ha recopilado la NASA desde el inicio de las mediciones por satélite en la década de 1970 demuestran que los cambios en la región son probablemente sin precedentes en al menos 1000 años. Se estima que la proporción de hielo de varios años de antigüedad ha disminuido en cerca de un 90%, lo que indica un cambio drástico hacia un hielo más joven y menos resistente.
El hielo del Ártico no solo se está derritiendo, sino que también está sufriendo una transformación que podría tener consecuencias desastrosas para el clima del planeta. La desaparición del hielo marino no solo afecta a la fauna y flora de la región, como se ha observado en el caso de los osos polares, sino que impacta en el clima global debido a que el hielo desempeña un papel crucial en la regulación de las temperaturas del planeta. Para saber más sobre el peligro que esto supone, puedes leer acerca del peligro del deshielo de la Antártida para la humanidad.