Los osos polares se han convertido en el símbolo del cambio climático. Viviendo en el Ártico, una de las zonas más vulnerables, se ven obligados a recorrer cada vez mayores distancias para conseguir alguna presa. Una presa que encuentra en el temprano deshielo una vía de escape gracias a la cual seguir con vida.
Pero además, el aumento de las temperaturas está cambiando el comportamientos de estos majestuosos animales: si antes era muy difícil verlos en grandes grupos, ahora una reunión de 200 osos polares ha alertado a los científicos.
Con el cambio climático y viviendo en un mundo cada vez más cálido las poblaciones de osos polares pasan más tiempo en tierra firme y se van acercando más a los pueblos, algo que puede resultar peligroso tanto para los humanos como para la supervivencia de la especie.
Tras el deshielo, estos animales descansan entre agosto y noviembre en la isla de Wrangel, en el mar de Chuckchi (noreste de Siberia). En diciembre reanudan la caza de focas, pero como cazar es una actividad que se complica más y más, cualquier animal que se encuentren muerto siempre va a ser mejor que nada.
Polar Bear Feast Wrangel Island 2017 _ Julie Stephenson from Julie Stephenson on Vimeo.
Seguramente eso fue lo que debieron de pensar los 200 osos polares que se reunieron para devorar el cadáver de una ballena que había sido arrastrada por el mar hasta la costa. El grupo estaba formado por varias familias, incluyendo dos madres seguidas cada una por cuatro oseznos. Al ver esta escena, los científicos que pudieron presenciarla, entre los que se encontraba Alexandre Gruzdev, director de la reserva natural de la isla Wrangel, se quedaron atónitos.
Esto es algo que, según explicó Gruzdev a la AFP, es muy raro de verse. Aunque los turistas puedan disfrutar con ello, no deja de ser una consecuencia más del cambio climático.
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