El pasado sábado, Nepal fue sacudido por un terremoto de magnitud 7.9 en la escala de Richter, dejando tras de sí más de cuatro mil muertos en el país y numerosas víctimas en las zonas circundantes, como India y Bangladesh. Hacía 81 años que no se vivía un evento de tal magnitud, concretamente desde 1934, cuando un terremoto acabó con la vida de 17 mil personas en Katmandú, la capital de Nepal. Para entender mejor la historia sísmica de la región, resulta relevante consultar el historial de terremotos en la zona desde 2001.
El terremoto de Nepal, según los geólogos, forma parte de un fenómeno conocido como «efecto dominó» que da forma al continente. Este efecto resulta de la acumulación y liberación de tensiones en las placas tectónicas que conforman la corteza terrestre.
El planeta se divide en placas tectónicas, en cuyos bordes se encuentran las llamadas fallas. La más conocida de estas es la Falla de San Andrés, situada en el oeste de América del Norte, que está dividiendo cada vez más esa zona de Norte América. Gracias a los movimientos de estas placas, la disposición de nuestro planeta cambia lentamente, separando continentes o creando montañas. Sin embargo, estas sacudidas pueden ser peligrosas para los seres vivos, ya que provocan terremotos o tsunamis, dependiendo de la ubicación de las fallas. En este contexto, la actividad sísmica reciente en Turquía y Siria también destaca la necesidad de que las poblaciones estén preparadas.
En el caso del terremoto surgido en Nepal, se estima que se trata de un resultado de una tensión acumulada en la falla de la región desde hace siglos. Laurent Bollinger, de la Comisión de Energías Alternativas y Energía Atómica de Francia, y su equipo, anticiparon hace unas semanas que un terremoto muy potente ocurriría justo en el lugar donde finalmente se produjo.
El grupo de científicos logró descubrir la existencia de temblores previos excavando trincheras a lo largo de la falla que recorre Nepal de oeste a este. Hasta el momento, han encontrado evidencias de temblores sísmicos en los años 1255, 1344 y más recientemente en 1934. Debido a la probabilidad de que exista un patrón, los científicos se mostraron preocupados por la posibilidad de que nuevos terremotos puedan ocurrir, ya que el que sucedió hace tan solo unos días no fue lo suficientemente poderoso como para romper completamente la tierra. Así, se podría estar acumulando tensión nuevamente bajo la superficie.
Predicciones científicas y patrones históricos
El gran terremoto que sacudió Nepal el pasado sábado y que ha provocado más de tres mil muertos no cogió por sorpresa a un grupo de científicos que habían estado estudiando los movimientos sísmicos en la zona. Según publica la BBC, un equipo liderado por Laurent Bollinger, anticipó que un terremoto significativo ocurriría en la ubicación exacta en la que finalmente tuvo lugar el del sábado. Este equipo había estado analizando los movimientos sísmicos en la región y había observado patrones que indicaban que Katmandú y Pokhara podrían estar expuestas a grandes temblores en la falla principal.
- El terremoto del 25 de abril de 2015 sigue el patrón de dos grandes temblores que tuvieron lugar hace 700 años.
- Los expertos sugieren que el terremoto de magnitud 7.8 no fue lo suficientemente grande como para liberar completamente la tensión acumulada, lo que podría llevar a futuros temblores.
- La tensión acumulada en la falla principal podría resultar en un aumento de la actividad sísmica en las próximas décadas.
- La falta de rigor en las normas de construcción en Nepal ha aumentado la vulnerabilidad de la población ante terremotos.
Cuando se produce un terremoto de gran magnitud, es común que la tensión se transfiera más allá del segmento de falla donde ocurre. Este fenómeno se observó en el terremoto de 1344, cuando la tensión que había estado acumulándose se liberó en una serie de temblores. Según los científicos, el evento reciente también sigue un patrón similar, dado que la tensión en la zona había estado acumulándose desde el terremoto de 1934. Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo la cordillera del Himalaya y sus características geológicas han influido en la actividad sísmica.
Los riesgos de la actividad sísmica en Nepal
La geología de Nepal lo convierte en un área propensa a la actividad sísmica. Los límites territoriales del país se adaptan a una parte del sistema de cabalgamientos del Himalaya, donde las fallas inversas continúan provocando el crecimiento de la cordillera. Esto significa que el país se encuentra en una zona de constante peligro, con la posibilidad de que se produzcan grandes terremotos a medida que la placa india sigue empujando y subiendo por debajo de la placa euroasiática.
Análisis previos en la zona han demostrado que el segmento de la falla que analizaron no se había movido en mucho tiempo. A través de estudios de paleosismología, investigador en el campo han tratado de predecir cuándo podrían ocurrir los próximos terremotos. Sin embargo, la naturaleza impredecible de la actividad sísmica hace que no sea posible determinar el momento exacto en que se producirán. Este fenómeno lleva a que la preocupación por nuevos terremotos sea una constante entre los investigadores de la zona.
Gracias a los avances en la tecnología, los científicos ahora pueden seguir y analizar terremotos en tiempo real. Esto fue evidente durante el terremoto de Nepal, ya que el evento fue seguido en tiempo real por una impresionante red de estaciones de GPS que registraron los movimientos de tierra. Durante los 70 segundos que duró la sacudida, las estaciones registraron la actividad a una tasa de cinco mediciones por segundo.
Las implicaciones de estos cambios geológicos son significativas, no solo para el país, sino también para el mundo. A medida que el Himalaya sigue creciendo, se espera que la población también continúe aumentando. Esto aumenta el riesgo de futuros desastres, a menos que se implementen medidas de construcción más estrictas y adecuadas para resistir terremotos de gran magnitud. La experiencia acumulada tras el análisis de otros desastres naturales debe ser utilizada para enfrentar este desafío.
Impacto en la infraestructura y la población
A pesar del daño significativo causado por el terremoto, los expertos creen que pudo haber sido aún más devastador. Se estima que el terremoto dejó casi 9,000 muertos, pero muchos consideraron que la cifra podría haber sido mucho mayor, teniendo en cuenta la densidad de población y la vulnerabilidad de las construcciones en la región. Este evento subraya la necesidad de mejorar las regulaciones de construcción y la preparación ante desastres en zonas propensas a terremotos.
Las lecciones aprendidas de eventos anteriores han llevado a la comunidad científica a investigar cómo los terremotos afectan la geografía y el comportamiento de las fallas en tiempo real. El análisis adicional de la actividad sísmica y sus efectos en la población y la infraestructura son esenciales para desarrollar mejores estrategias de mitigación ante desastres futuros. A este respecto, es fundamental contar con un enfoque continuo sobre el impacto de la cordillera del Himalaya en la actividad sísmica.
En la actualidad, se llevan a cabo numerosos esfuerzos para ayudar a reconstruir Nepal y proporcionar asistencia humanitaria a los afectados. La necesidad de una respuesta rápida y efectiva es crucial, no solo para aliviar el sufrimiento inmediato, sino también para preparar a la población para futuros eventos sísmicos.