Si no estamos completamente familiarizados con el lenguaje técnico que se usa en meteorología, especialmente el lenguaje técnico que se usa específicamente para la aeronáutica, podemos confundir fácilmente las cimas de las nubes con el techo de nubes. Es decir, partes de ellas están ubicadas en altitudes más altas. Sin embargo, el techo antes mencionado se refiere exactamente a lo contrario: el fondo de las nubes visto desde la superficie de la Tierra. Saber qué tan altos son los techos y las nubes en un momento dado es especialmente interesante por diferentes razones.
Por ello, vamos a dedicar este artículo a contarte todo lo que necesita saber sobre el techo de nubes, cuáles son sus características y utilidad.
Índice
Cómo se forma una nube
Antes de comenzar a describir el techo de nubes, debemos explicar cómo se forman. Si hay nubes en el cielo, debe haber refrigeración por aire. El «ciclo» comienza con el sol. A medida que los rayos del sol calientan la superficie de la Tierra, también calientan el aire circundante. El aire caliente se vuelve menos denso, por lo que tiende a elevarse y ser reemplazado por aire más frío y denso. A medida que aumenta la altitud, los gradientes térmicos ambientales hacen que las temperaturas disminuyan. Por lo tanto, el aire se enfría.
Cuando llega a la capa de aire más fría, se condensa en vapor de agua. Este vapor de agua es invisible a simple vista porque está formado por gotas de agua y partículas de hielo. Las partículas son de un tamaño tan pequeño que pueden ser retenidas en el aire por un ligero flujo de aire vertical.
La diferencia entre la formación de diferentes tipos de nubes se debe a las temperaturas de condensación. Algunas nubes se forman a temperaturas más altas y otras a temperaturas más bajas. Cuanto más baja sea la temperatura de la formación, más «gruesa» será la nube. También hay algunos tipos de nubes que producen precipitaciones y otras que no. Si la temperatura es demasiado baja, la nube que se forma consistirá en cristales de hielo.
Otro factor que afecta la formación de nubes es el movimiento del aire. Las nubes, que se crean cuando el aire está quieto, tienden a aparecer en capas o formaciones. En cambio, aquellos con fuertes corrientes verticales formadas entre el viento o el aire presentan un gran desarrollo vertical. Por lo general, este último es el causante de las lluvias y las tormentas.
Espesor de las nubes
El espesor de una nube, que podemos definir como la diferencia entre las alturas de su parte superior e inferior, puede ser muy variable, excepto que su distribución vertical también varía considerablemente.
Podemos ver desde una lúgubre capa de nimbo gris plomizo, que alcanza un espesor de 5.000 metros y ocupa la mayor parte de la troposfera media e inferior, hasta una fina capa de cirros, de no más de 500 metros de ancho, situada en el nivel superior, atraviesan una espectacular nube cumulonimbus (nube de tormenta), de unos 10.000 metros de espesor, que se extiende verticalmente a casi toda la atmósfera inferior.
Techo de nubes en el aeropuerto
La información sobre las condiciones meteorológicas observadas y pronosticadas en los aeropuertos es fundamental para garantizar despegues y aterrizajes seguros. Los pilotos tienen acceso a informes codificados llamados METAR (condiciones observadas) y TAF [o TAFOR] (condiciones esperadas). El primero se actualiza cada hora o media hora (dependiendo del aeropuerto o base aérea), mientras que el segundo se actualiza cada seis veces (4 veces al día). Ambos consisten en diferentes bloques alfanuméricos, algunos de los cuales informan sobre la cobertura de nubes (la parte del cielo cubierta por un octavo u octavo) y la parte superior de las nubes.
En los informes meteorológicos de los aeropuertos, la nubosidad anterior se codifica como FEW, SCT, BKN u OVC. Aparece en POCOS informes cuando las nubes son escasas y ocupan solo 1-2 octas, lo que corresponde a un cielo mayormente despejado. Si tenemos 3 o 4 octas, tendremos SCT (scatter), es decir, nube dispersa. El siguiente nivel es BKN (roto), que identificamos como un cielo nublado con una nubosidad de entre 5 y 7 octas, y finalmente un día nublado, codificado como OVC (nublado), con una nubosidad de 8 octas.
La parte superior de la nube, por definición, es la altura de la base de las nubes más bajas por debajo de los 20.000 pies (unos 6.000 metros) y que cubren más de la mitad del cielo (> 4 octas). Si se cumple el último requisito (BKN u OVC), los datos relacionados con la base de nube del aeropuerto se proporcionarán en el informe.
Los contenidos en los METAR (datos de observación) son proporcionados por instrumentos denominados nefobasímetros (ceilometers en inglés, derivado del término techo), también conocidos como nefobasímetros, o «cloudpiercers» en sus términos más coloquiales. El más común se basa en la tecnología láser. Al emitir pulsos de luz monocromática hacia arriba y recibir rayos reflejados de las nubes más cercanas al suelo, puede estimar con precisión la altura de las cimas de las nubes.
Parte superior de la tormenta
Durante la fase de crucero, cuando la aeronave vuela en la troposfera superior, los pilotos deben prestar especial atención a las tormentas en ruta, ya que el gran desarrollo vertical que alcanzan algunas nubes cumulonimbus les obliga a sortearlas y evitar acercarse a ellas. Hay que tener en cuenta que en estas situaciones, volar sobre nubes de tormenta se convierte en un comportamiento peligroso que debe evitarse para la seguridad del vuelo. La información del radar transportada por el avión proporciona la ubicación del núcleo de la tormenta en relación con el avión, lo que permite al piloto cambiar de rumbo si es necesario.
Para tener una idea aproximada de la altura de la parte superior de estas nubes cumulonimbus gigantes, se utilizan radares meteorológicos ubicados en el suelo, capaces de producir diferentes tipos de imágenes. Los productos proporcionados por la red AEMET incluyen reflectancia, precipitación acumulada (lluvia estimada en las últimas 6 horas) y ecotops (echotops, escrito originalmente en inglés).
Esta última representa la altitud relativa máxima (en kilómetros) del retorno del radar o señal de retorno, en base a un umbral de reflectividad utilizado como referencia, normalmente fijado en 12 dBZ (decibelio Z), ya que no hay precipitación por debajo de él. Es importante dejar en claro que no podemos identificar exactamente la parte superior de la ecorregión con la tormenta, excepto en la primera aproximación, sino en la altitud más alta donde es probable que haya granizo.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre el techo de nubes y sus características.
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