Con su forma de hocico alargado, el glaciar Morteratsch, en Suiza, es uno de los lugares más visitados del país, pero también es uno de los más vulnerables al aumento de las temperaturas. Cada año pierde de 30 a 40 metros, de modo que si no se hace nada es probable que desaparezca pronto.
Para evitarlo, han ideado una forma de fortalecerlo: 4.000 máquinas de nieve aprovecharán el agua de los lagos formados fruto de la fusión para crear nieve, la cual se utilizará para cubrir la parte superior del glaciar. ¿Será suficiente?
Basándose en los estudios previos, los científicos creen que Morteratsch podría recuperar 800 metros en 20 años. Pero para saber si realmente funciona, lo primero que van a hacer es aplicar esta técnica a una parte pequeña del glaciar Diavolezzafirm durante este verano (2017). El proyecto inicial costará unos 100.000 dólares, según dijeron los científicos a The Scientist.
Si los resultados son buenos, los profesionales afirman que bastaría con proteger un área de 0,5 kilómetros cuadrados con una fina capa de nieve artificial de unos pocos centímetros de grosor de Morteratsch. Aún así, no podemos olvidar que el efecto principal de la nieve es reflejar la luz del sol.
Cuanta más directos lleguen los rayos del sol, no sólo la temperatura será mayor sino que la nieve, que es blanca, se derretirá más rápidamente. Esto es lo que se conoce como efecto albedo, y podemos comprobarlo cogiendo un polo de nata en invierno y de nuevo otro en verano. Mientras que en invierno puede tardar una media hora o más en descongelarse, en verano lo sacas fuera y enseguida se empieza a derretir.
Si el planeta continúa calentándose, los glaciares podrían tener los días contados. Y si desaparecen, el nivel del mar aumentará en todo el mundo, causando muchos problemas a todos los que viven en las costas y en las islas de poca altitud.