Sistemas de baja presión impactan México y Guatemala: lluvias, riesgos y acciones preventivas

  • El sistema de baja presión derivado del huracán Erick provocó lluvias torrenciales y riesgo de inundaciones en el sur de México.
  • Autoridades de México y Guatemala desplegaron planes de emergencia, monitoreo y atención a posibles afectaciones.
  • Se mantiene la vigilancia sobre nuevas áreas de baja presión con potencial ciclónico en el Pacífico.
  • Se recomienda a la población mantenerse informada y preparada ante eventuales emergencias meteorológicas.

sistema baja presión

Durante los últimos días, las autoridades mexicanas y guatemaltecas han intensificado sus labores de vigilancia y prevención debido a la aparición y desplazamiento de varios sistemas de baja presión en el Pacífico oriental. Estos fenómenos han sido responsables de fuertes lluvias, crecidas de ríos y alteraciones en el clima de regiones ya vulnerables a este tipo de condiciones, generando preocupación entre la población y los servicios de emergencia locales.

El fenómeno más destacado corresponde a los remanentes de Erick, que tras pasar de ser un potente huracán categoría 3 y hasta 4, acabó debilitándose paulatinamente hasta convertirse en un sistema de baja presión remanente sobre territorio mexicano. Aunque perdió intensidad ciclónica, las consecuencias meteorológicas continúan siendo significativas.

Baja presión remanente de Erick: efectos y previsiones

El sistema llegó a tierra en Oaxaca con vientos máximos de más de 200 km/h y posteriormente se movió hacia Guerrero, donde se ubicaba la noche del jueves a pocos kilómetros de Ciudad Altamirano y Acapulco. Aunque ya solo mantenía vientos sostenidos de 45 km/h y rachas de 65 km/h, sus efectos persistieron en forma de lluvias torrenciales —hasta 250 mm en algunas zonas—, vientos intensos y oleaje elevado.

Estos factores elevaron el riesgo de derrumbes, desbordamientos de ríos e inundaciones en zonas bajas de estados como Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Puebla, Veracruz y Chiapas. Las autoridades mexicanas alertaron especialmente sobre el estado crítico de seis ríos en la Costa Chica de Guerrero y municipios como Ometepec, Igualapa y Marquelia, con la posibilidad de desbordamiento debido al aumento de caudales.

lluvias baja presión

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) tuvo que restablecer el suministro a la mitad de los casi 277.000 usuarios afectados por cortes de energía en Oaxaca y Guerrero. Mientras, la población seguía bajo recomendaciones de Protección Civil para mantenerse informada y prepararse ante nuevas incidencias, después de los estragos causados por huracanes previos como Otis y John.

Respuestas institucionales y planes de emergencia

Ante la amenaza de estos fenómenos, se puso en marcha la activación de planes de emergencia y vigilancia tanto en México como en Guatemala. En el país centroamericano, las autoridades, encabezadas por la Secretaría Ejecutiva de CONRED, reforzaron la coordinación con el INSIVUMEH para monitorizar el avance de un sistema de baja presión frente a las costas de El Salvador, que si bien no se esperaba que impactara directamente Guatemala, sí generó abundante humedad, nubosidad y lluvias sobre buena parte del territorio.

El Centro de Transmisiones de Emergencia se mantuvo en alerta, y se procedió al abastecimiento de ayuda humanitaria en distintas regiones. Los equipos de respuesta inmediata estuvieron preparados para intervenir donde fuera necesario, mientras que a la población se le recomendó identificar áreas seguras en sus comunidades y tener preparada la llamada ‘mochila de las 72 horas’ con suministros básicos.

Los mayores acumulados de lluvia en Guatemala se observaron en la zona sur, centro, la Franja Transversal del Norte y los Valles de Oriente. Además, se advirtió sobre la probabilidad de tormentas severas, lahares en cadenas volcánicas, crecidas de ríos, deslizamientos y daños en infraestructuras viales. A pesar de que el sistema se desplazaba sin afectar directamente el país, hasta la fecha se habían reportado cientos de emergencias relacionadas con las lluvias, incluyendo víctimas mortales y numerosos damnificados.

Nuevas zonas de baja presión bajo vigilancia

Tras el paso de Erick, las miradas se centraron en una nueva zona de baja presión en el Pacífico oriental, situada a más de 600 kilómetros al sureste del río Suchiate, en la frontera sur de México. Según los avisos del Servicio Meteorológico Nacional, la probabilidad de que este sistema evolucione a ciclón tropical en las siguientes 48 a 72 horas alcanzaba entre el 60% y el 80%, por lo que los sistemas de protección civil se mantenían en estado de alerta.

Asimismo, en el sur de Chiapas, Oaxaca y Guerrero, se identificó una zona de inestabilidad atmosférica adicional con una probabilidad menor, pero no descartable, de desarrollo ciclónico en el plazo de una semana. Esta situación obligó a prolongar la vigilancia y la comunicación constante de las autoridades meteorológicas a través de páginas web y redes sociales oficiales.

Recomendaciones a la población y monitoreo preventivo

Se insiste a la ciudadanía en la importancia de seguir las indicaciones de las autoridades locales y nacionales, especialmente en lo relativo a avisos meteorológicos, preparación de suministros y evacuación en caso necesario. Las consecuencias recientes —con deslaves, inundaciones, crecidas de ríos y cortes de luz— ponen de manifiesto que la preparación y la información son cruciales para reducir riesgos.

La colaboración interinstitucional entre organismos meteorológicos, protección civil y servicios de emergencia ha resultado determinante para minimizar daños y salvar vidas en ambos países. Tanto en México como en Guatemala, la experiencia reciente ha reafirmado la necesidad de mantener protocolos de respuesta bien estructurados ante la presencia de sistemas de baja presión y fenómenos asociados. Puedes consultar más sobre cómo afectan estos sistemas a la región en nuestro artículo sobre el gradiente de presión.

El aumento en la frecuencia de estos sucesos durante la época lluviosa obliga a la población a mantenerse especialmente alerta y a aplicar medidas preventivas, no solo frente a la amenaza de ciclones, sino también ante los peligros derivados de lluvias intensas y la inestabilidad del terreno.

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Las últimas jornadas han estado marcadas por la vigilancia constante sobre las zonas del Pacífico, la coordinación entre instituciones y el llamado permanente a no bajar la guardia. Tanto en México como en Guatemala, las autoridades insisten en que la información, la previsión y la reacción oportuna son las mejores herramientas para enfrentar los desafíos que presentan los sistemas de baja presión y su impacto sobre las comunidades.


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