Ese es el comentario que escribió John H. Knox, consejero especial de Naciones Unidas sobre derechos humanos y medio ambiente, en su cuenta de Twitter. ¿Por qué? Porque ya llevamos 390 meses consecutivos con temperaturas globales por encima de la media. 390. Ahí es nada.
Y lo peor es que la situación para que no va a cambiar, al menos a corto plazo: el primer semestre del 2017 ha sido el segundo más cálido de una serie histórica de 138 años, sólo superado por los registros del año pasado (2016).
Si hablamos de temperaturas, el mes de junio fue unos de los más cálidos, con una anomalía de 0,82ºC de promedio tanto en la superficie terrestre como oceánica. Las más altas fueron registradas en Asia Central, Europa Occidental y central y en el suroeste de los Estados Unidos. Por otra parte, en los países escandinavos, así como en el sureste de los EE.UU, oeste y este de Rusia, Australia, Asia meridional y la Antártida, los registros se mantuvieron por debajo de la media.
En lo que respecta a Europa, gran parte del Viejo Continente tuvo valores por encima de la media, hasta tal punto de que se batieron varios récords. Su temperatura promedio durante el pasado mes de junio fue de 1,77ºC, no muy por debajo de la que hubo en el 2003 (1,91ºC).
Junio estuvo protagonizado además de por las altas temperaturas registradas, también por el hielo en los polos, el cual continúa derritiéndose. En el Ártico, la cobertura de hielo se situó un promedio de 7,5% por debajo de la media del periodo 1981-2010, siendo el sexto mes de junio con menos hielo desde 1979; y en la Antártida fue de 6,3% por debajo del promedio, registro que quedó sólo por debajo del de 2002.
Calor y deshielo. El calentamiento global está causando problemas en todas partes del globo.