El calentamiento global está provocando un aumento de las temperaturas de todo el planeta. Son muchos los lugares en todo el mundo que están experimentando olas de calor mortales y máximas de temperaturas tan altas, que jamás antes en la historia se habían registrado.
Hablamos del suroeste de Irán, en el que se han alcanzado temperaturas máximas de hasta 54 grados Celsius en la ciudad de Ahvaz, capital de la provincia de Juzestán. Este hecho podría ser verificado como una temperatura récord en ese país además de ser la temperatura más alta para un mes de junio en todo el continente asiático y, posiblemente, la mayor temperatura registrada desde que se miden las temperaturas.
Temperaturas extremas en Irán
Como sabemos, con el calentamiento global, las temperaturas cada vez son más altas y las olas de calor más frecuentes y dañinas. Según el blog del tiempo Capital Weather Gang de The Washington Post, el dato de la temperatura tan alta obtenido fue divulgado por un meteorólogo de MeteoFrance, Etienne Kapikian. El meteorólogo publicó un tuit donde afirma que Ahvaz llegó a los 53,7 grados Celsius (128,7 grados Fahrenheit). Esto se trata nada más y nada menos que de un nuevo récord nacional absoluto. Es la temperatura más alta jamás registrada en un mes de junio en el continente asiático y, de acuerdo con estudios sobre el calentamiento global actual, este fenómeno se está volviendo cada vez más frecuente.
Aunque esta temperatura no fue en realidad el registro más alto alcanzado, sino que a las 4.51 hora local, se llegó a alcanzar 54 grados. La web precisa que, debido a la humedad, el índice o sensación de calor era mucho más sofocante: de 61,2 grados.
Según The Washington Post, si esa cifra es exacta y se verifica, estaríamos ante la temperatura más caliente jamás documentada en la tierra en tiempos modernos junto con los 54 grados experimentados también en Mitribah (Kuwait) en 2016. Como se puede ver, las temperaturas continúan aumentando por el calentamiento global y los desiertos amenazados por esta situación muestran cómo el cambio climático está afectando diversos ecosistemas.
Olas de calor a nivel mundial
La ola de calor que recorre el hemisferio norte cuando se acerca al punto álgido del verano está poniendo a prueba los límites de la supervivencia humana en los lugares más calurosos de la Tierra. Los escenarios extremos proyectados por múltiples estudios en los últimos años, en el contexto de la aceleración del calentamiento global, no son solo cada vez más posibles y probables, sino un hecho con consecuencias desastrosas. Un análisis sobre los efectos del cambio climático en diferentes poblaciones revela un aumento de estos fenómenos, lo que ha sido alarmante en muchas partes del mundo.
A medida que las temperaturas extremas han aumentado, muchos países han registrado cifras récord. Por ejemplo, China ha alcanzado un máximo histórico de casi 52 grados Celsius, mientras que el Valle de la Muerte en California, durante muchos años el lugar más caliente de la Tierra, ha alcanzado temperaturas de 53,3 grados. Mientras tanto, en el Aeropuerto Internacional del Golfo Pérsico, en Irán, la sensación térmica alcanzó los 66,7 grados, condiciones que según los expertos superan la capacidad del cuerpo para regular su temperatura interna.
Un estudio de Lancet Planet Health destaca que Irán es el país de Oriente Medio y Norte de África más vulnerable per cápita a las muertes relacionadas con el calor, con un promedio de 1.700 muertes anuales. Esta cifra podría aumentar drásticamente a 423 muertes por cada 100.000 habitantes en 2060 si las emisiones globales de gases de efecto invernadero continúan en niveles altos.
Factores detrás del incremento de temperaturas extremas
La situación del clima de Irán es un claro indicador de cómo el calentamiento global ha intensificado las condiciones climáticas. Las autoridades meteorológicas iraníes han expresado preocupación por el hecho de que las temperaturas en Irán están aumentando el doble de rápido que la media global, en contraste con una disminución en las precipitaciones. Esta combinación de altas temperaturas y baja humedad ha llevado a una situación de sequía desastrosa en el país. Tal como se menciona en investigaciones sobre la sequía en diferentes regiones, la escasez de recursos hídricos se agrava por el cambio climático y el impacto que esto puede tener en la salud y el bienestar de la población.
La escasez de agua, que según los expertos se debe en gran parte a décadas de mala gestión, es un problema de larga data. Sin embargo, se ha vuelto más grave a medida que el cambio climático se acelera. Las condiciones extremas están convirtiendo a Irán en una de las naciones menos habitables del mundo, lo que refleja la grave situación de los efectos del cambio climático en otras regiones. Se prevé que para 2050 será extremadamente difícil habitar en Irán. Según informes, hasta el 70% de la población, o casi 50 millones de iraníes, podrían verse obligados a abandonar el país para sobrevivir.
Consecuencias para la salud y la economía
La magnitud de las olas de calor no solo afecta a los ecosistemas sino que también tiene efectos directos en la salud humana y el bienestar. Los expertos han advertido que la exposición a niveles extremos de calor puede causar problemas graves de salud, especialmente en poblaciones vulnerables como ancianos y aquellos con condiciones de salud preexistentes. El calor extremo ha demostrado ser letal, y las proyecciones indican que a medida que el clima continúe calentándose, el número de muertes relacionadas con el calor seguirá aumentando. Además, un estudio sobre los desastres naturales muestra que las olas de calor están comenzando a ser más frecuentes en diversas partes del mundo.
Además, el calor intenso afecta la agricultura. Las regiones que dependen de la agricultura están viendo un impacto negativo en sus cultivos, lo cual no solo afecta a la economía local, sino que también puede repercutir en la seguridad alimentaria a nivel nacional y global. Con la producción agrícola en declive, los precios de los alimentos aumentan, haciendo que sea más difícil para las comunidades vulnerables acceder a lo que necesitan para sobrevivir. Este fenómeno está en línea con lo que sucede actualmente en regiones afectadas por el cambio climático.
Adaptaciones culturales y arquitectónicas en Irán
A pesar de la severidad de las condiciones climáticas, el pueblo iraní ha encontrado formas de adaptarse. Por ejemplo, la ciudad de Yazd es famosa por sus badguirs o captadores de viento, unas torres de ventilación que ayudan a refrescar las viviendas. Estas estructuras son una muestra del ingenio humano y han permitido que los habitantes de esta región cálida vivan con un poco más de comodidad a lo largo de los siglos. Este tipo de arquitectura es parte de un estudio sobre cómo las culturas se adaptan al cambio climático y a las cada vez más frecuentes temperaturas extremas.
En Yazd, las viviendas tradicionales están hechas de adobe, a base de arcilla y barro, lo que proporciona un excelente aislamiento térmico. Sin embargo, a medida que las nuevas construcciones modernas reemplazan los métodos tradicionales, hay un riesgo de perder esta rica herencia arquitectónica. Es crucial que se busquen maneras de conservar esta tradición arquitectónica en el contexto del cambio climático, ya que la adaptación cultural puede ser clave para enfrentar los desafíos climáticos.
La ciudad, reconocida en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, muestra cómo la arquitectura puede desempeñar un papel crucial en el desarrollo sostenible. Los qanats, sistemas de canalización subterránea que transportan agua, son otra parte integral de la adaptación del país a su entorno desértico. Pero su uso ha disminuido considerablemente, lo que pone en riesgo un sistema que ha funcionado durante milenios y que podría ser clave para mitigar los efectos del cambio climático.
Medidas necesarias para mitigar la crisis climática
El cambio climático en Irán, como en otras partes del mundo, requiere medidas urgentes y concertadas. La Organización Mundial de la Salud ha alertado sobre el peligro de las temperaturas extremas y ha instado a los gobiernos a implementar sistemas de vigilancia robustos para proteger a las poblaciones vulnerables, incluyendo aquellos con enfermedades cardiovasculares, respiratorias y diabetes.
Las recomendaciones incluyen la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la promoción de energías renovables. La gestión del agua es un aspecto crítico que también necesita atención inmediata. Las políticas que abordan el uso excesivo de recursos hídricos son esenciales para mantener la viabilidad a largo plazo de la agricultura y la vida cotidiana, algo que se ha debatido ampliamente en el contexto del cambio climático en diferentes regiones.
Es imperativo que tanto Irán como el resto del mundo reconozcan la urgencia de la crisis climática. Las implicaciones del cambio climático son globales y requieren una colaboración internacional para desarrollar soluciones sostenibles y reducir el riesgo de futuros desastres naturales. Esto incluye la inversión en infraestructura resiliente, la educación sobre el cambio climático y la promoción de prácticas sostenibles en todos los niveles de la sociedad. Como se discute en artículos sobre infraestructura resiliente, abordar el problema desde múltiples ángulos ofrece oportunidades para mejorar la resiliencia de las comunidades ante las temperaturas extremas y asegurar un futuro más seguro para todos. Es evidente que la crisis climática es un proceso en curso que, si no se aborda adecuadamente, podría causar estragos en la vida de millones de personas en Irán y en todo el mundo. La naturaleza ha comenzado a mostrar signos de fatiga, y es nuestra responsabilidad trabajar para mitigar su impacto.