Las relativamente cálidas temperaturas que está teniendo el mar Mediterráneo este año han favorecido la formación de un ciclón atípico llamado Numa que ha causado ya la muerte a quince personas en la región de Ática, en el oeste de Atenas, y que tiene el potencial de causar importantes daños en los próximos días. Este fenómeno trae a la memoria otros eventos devastadores como el ciclón de Libia, que muestra la seriedad de estos fenómenos meteorológicos.
Este tipo de ciclones mediterráneos, conocidos como medicanes, son fenómenos que muy rara vez ocurren, pero cuando lo hacen pueden ser casi igual de destructivos que los huracanes que azotan las costas de América o Asia. La formación de Numa está generando un interés creciente en el estudio de estos fenómenos, especialmente con la influencia del cambio climático, que podría estar causando un aumento en su frecuencia e intensidad, similar a lo que se ha observado en el estudio de otros medicanes.
¿Qué es un medicane?
Medicane es un término que surge de la combinación de las palabras Mediterráneo y Huracán (hurricane en inglés). A pesar de su nombre, no se debe confundir con los huracanes típicos, ya que el núcleo del ciclón mediterráneo es de aire frío, mientras que el de los huracanes es de aire caliente. Esta es una de las principales diferencias que distingue a los medicanes de los huracanes tropicales. Se trata de una borrasca atípica que se alimenta del calor acumulado en las aguas del mar Mediterráneo y es importante entender cómo se forma una borrasca para analizar estos fenómenos.
Los medicanes suelen formarse en otoño e invierno cuando las temperaturas del mar están relativamente altas, creando las condiciones necesarias para su desarrollo. Estos fenómenos se asemejan a los ciclones tropicales en su estructura, presentando un núcleo cálido, pero la mayoría de las veces no alcanzan la intensidad ni la duración de los huracanes en otras partes del mundo. Para más detalles, puedes consultar cómo se forman estos ciclones en nuestro sitio como será el otoño.
¿Cuáles son las posibles consecuencias de Numa?
Numa, debido a la combinación del aire frío de su núcleo y del agua cálida del Mediterráneo, está dejando lluvias torrenciales y causando un impacto devastador en la región. Se prevé que el medicane esté acompañado de rachas de viento muy fuertes, alcanzando hasta 200 kilómetros por hora, especialmente a partir del jueves, con un pico de actividad durante el sábado y el domingo. Esto podría ser similar a los efectos de otros medicanes que han afectado la región, incluidos los vientos del Mediterráneo.
Las proyecciones meteorológicas indican que la zona más afectada será la situada entre el Mar Jónico y los Balcanes del Sur, donde se pueden registrar hasta 400 milímetros de precipitación acumulada. Para poner esto en contexto, 1 milímetro de agua de lluvia equivale a 1 litro de agua por metro cuadrado. Esta cantidad de precipitación puede causar inundaciones severas, deslizamientos de tierra y daños significativos en infraestructuras, similar a las lluvias e inundaciones en Grecia que han ocurrido en el pasado.
Hasta el momento, Numa ha causado la muerte de 15 personas y ha dejado a muchas más desaparecidas. Las autoridades están emitiendo alertas y recomendaciones a la población, exhortándolos a mantenerse alejados de áreas inundables y a seguir las indicaciones de los servicios de emergencia. Desde aquí, deseamos que esas cifras no aumenten más.
¿Lloverá en España?
En España, estamos experimentando una de las peores sequías de la historia del país. Lamentablemente, se ha confirmado que ni la península ibérica ni los archipiélagos balear ni canario recibirán una sola gota de Numa. Las condiciones de sequía han afectado a la agricultura y han incrementado la vulnerabilidad de muchas comunidades ante la posibilidad de incendios forestales, lo que complica aún más la situación en el país. Este impacto se ve reflejado en el análisis de la situación climática actual en la región.
Este año, las aguas del Mediterráneo han alcanzado temperaturas anómalas que, por un lado, favorecen la creación de fenómenos como Numa, pero por otro, exacerban las condiciones climáticas extremas que estamos experimentando. El aumento de la temperatura del mar se ha correlacionado con la frecuencia y la intensidad de estos eventos de ciclones, lo que resalta la necesidad de un estudio más profundo sobre cómo el cambio climático está afectando el clima en la región mediterránea, así como cómo puede influir en otras crisis futuras en los patrones meteorológicos.
La influencia del cambio climático en los medicanes
El cambio climático está influyendo en la ocurrencia y la intensidad de los medicanes. Estudios recientes indican que en el futuro, los medicanes podrían ser más frecuentes, pero sus estructuras podrían volverse más robustas y dañinas. Esto se debe a que el calentamiento de las aguas del Mediterráneo facilita las condiciones para su desarrollo y la generación de energía necesaria para intensificarse, como se analiza en el contexto del cambio climático y los fenómenos extremos.
Un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters sugiere que, aunque el número de eventos pueda disminuir, los medicanes que se formen en el futuro tendrán una tendencia a alcanzar categorías más altas, posiblemente incluso la categoría 1 de huracán. Esto podría resultar en vientos más fuertes y precipitaciones más intensas, lo que aumenta el potencial de daños a las comunidades costeras, similar a lo que se ha observado en fenómenos anteriores.
Esto plantea preocupaciones adicionales sobre la preparación y la resiliencia de las infraestructuras y poblaciones en la cuenca mediterránea, ya que un aumento en la intensidad de estos fenómenos puede superar la capacidad de respuesta actual ante desastres. Estos cambios traen consigo la necesidad de reevaluar cómo nos preparamos ante estos fenómenos climáticos extremos. Se hace hincapié en la importancia de estudiar a fondo el impacto del calentamiento del Atlántico para poder anticipar y mitigar sus efectos.
Comparación con otros fenómenos meteorológicos
A pesar de su nombre, los medicanes no deben ser considerados como verdaderos huracanes. Aunque comparten algunas características con los ciclones tropicales, hay diferencias clave en su formación y estructura. Por ejemplo, los medicanes generalmente no alcanzan la fuerza de un huracán de categoría 1 o superior, y su núcleo cálido es menos profundo.
En comparación con los huracanes atlánticos que se alimentan de aguas cálidas, los medicanes dependen de un ambiente atmosférico más complejo que involucra la interacción con sistemas de alta y baja presión, lo que los hace menos predecibles y más difíciles de rastrear. Sin embargo, su impacto en áreas costeras puede ser significativo, generando intensas precipitaciones y vientos destructivos, lo cual es un aspecto que se ha analizado en estudios sobre desastres naturales en la región mediterránea.
Otras incidencias de medicanes en la historia reciente
Se han registrado varios medicanes en los últimos años, incluido el caso de Ianos en 2020, que fue notable por alcanzar una intensidad de categoría 2. Este evento marcó un punto de inflexión, ya que se evidenció que los cambios climáticos estaban influyendo en la formación de estos fenómenos. En la historia reciente, otros medicanes como Jenofonte y Zorbas también han causado estragos en la región mediterránea, causando pérdidas humanas y daños materiales.
El caso de Numa ha llamado especialmente la atención, no solo por las muertes y daños que ha causado, sino por su capacidad para intensificarse en un corto período de tiempo. Esto ha llevado a un mayor enfoque en la investigación sobre los medicanes, con el fin de entender mejor su dinámica y prever su impacto futuro, algo que es esencial para prepararnos ante posibles crisis climáticas.
¿Qué se puede esperar de los medicanes en el futuro?
Con el aumento de la temperatura global y el cambio en los patrones climáticos, es probable que los medicanes se conviertan en una preocupación creciente para los países mediterráneos. Es esencial que se implementen estrategias de mitigación y adaptación para abordar los riesgos asociados a estos fenómenos meteorológicos, como el que actualmente enfrentamos.
Los gobiernos y las agencias meteorológicas deben estar preparados para responder con sistemas de alerta temprana más efectivos y con mejores infraestructuras para minimizar el impacto de los medicanes en la vida humana y la economía, así como el caso del temporal de lluvias, que podría ser crucial frente a eventos como Numa. La educación y la conciencia pública sobre los riesgos asociados a estos fenómenos también son cruciales para asegurar la preparación de las comunidades costeras.
A medida que avanzamos hacia un futuro incierto, la investigación continua sobre los medicanes y su relación con el cambio climático nos proporcionará las herramientas necesarias para enfrentar los retos que presentan estos imponentes fenómenos naturales.