Tenemos la inmensa suerte de vivir en un planeta donde se forman fenómenos meteorológicos asombrosos, como lo son las tormentas. Cuando vienen acompañadas de aparato eléctrico son espectaculares, sobretodo si se producen por la noche. Pero, ¿habías oído hablar de las tormentas verdes?
No, no son un mito, aunque sí que es cierto que bien podrían serlo. Son muy bonitas, aunque peligrosas. Sepamos por qué.
¿Qué son y cómo se forman las tormentas verdes?
Se trata de un fenómeno típico de la primavera y el verano que se caracteriza por el tono verdoso y amarillento que adquiere en su apogeo. Las nubes que la producen tienen un aspecto como de algodón y se sitúan a gran altura. Su desarrollo es muy rápido, tanto que enseguida notaremos el típico olor a lluvia.
Por último, el incremento de las rachas de viento nos harán saber que se está formando una tormenta verde. Será entonces cuando, por nuestra propia seguridad, debamos de protegernos.
Pero, ¿realmente son verdes?
Cuando el aparato eléctrico que acompaña las tormentas es muy potente, puede »teñir» las nubes de color azulado o verdoso. Esto se explica porque la luz se refracta con moléculas ionizadas de nitrógeno. Como resultado, se producen unas de las tormentas más asombrosas.
¿Por qué son peligrosas?
Las tormentas verdes suelen estar asociadas a fenómenos meteorológicos extremos. En los Estados Unidos, país de los tornados, son muy habituales. Cuando se da una situación de calor extrema con una masa de aire cálida y llega una bolsa de aire frío, se producen ciclones que podrían convertirse en los mencionados fenómenos o en huracanes.
Aunque esto no es todo. La luz solar determina la tonalidad de las nubes. Si la tormenta comienza a formarse o alejarse al atardecer, la luz solar eliminará las tonalidades azules, ya que al reflejarse en los cristales de hielo de las nubes darán lugar al color verde.
¿Has visto alguna tormenta verde?