El pico de concentraciones de polen en la atmósfera se produce durante la temporada de primavera, concretamente en el mes de mayo. Esto tiene efectos perjudiciales para el bienestar de las personas que padecen alergias. Diversas condiciones climáticas juegan un papel importante en la proliferación de polen en el aire.
Por ello, en este artículo vamos a explorar los distintos tipos de polen y cómo se realiza un conteo de polen.
¿Qué hay en el aire?
Con la transición del estado invernal latente a la vibrante estación de la primavera, la naturaleza experimenta un notable resurgimiento, particularmente evidente en el florecimiento y la polinización de las plantas. La abundancia de polen en la atmósfera normalmente alcanza su cenit durante la última parte de la primavera, abarcando normalmente los meses de mayo y principios de junio. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas fechas no son siempre exactas, ya que están fuertemente influenciadas por los patrones climáticos en constante cambio que varían de un año a otro.
Las altas concentraciones de pólenes y esporas de hongos en la atmósfera tienen un impacto directo en el 10% de la población mundial, provocando alergias en personas sensibles a estos minúsculos componentes biológicos transportados por el aire. Si consideramos a todas las personas que experimentan algún tipo de alergia, incluidos los efectos de niveles elevados de gases y contaminantes que se encuentran en áreas urbanas densamente pobladas, este porcentaje aumenta al 20-25%. Este porcentaje cada vez mayor de la población se ve afectado por estos factores ambientales.
Factores en el tipo de polen
La liberación de polen al aire, un elemento crucial del proceso de polinización, está influenciada por varios factores meteorológicos. Es importante señalar que ningún factor puede atribuirse únicamente a los cambios en las concentraciones de polen. Más bien, una combinación de temperatura, humedad, luz solar, precipitación, viento y otras variables contribuyen colectivamente a la conquista del entorno atmosférico por parte del polen a medida que avanza la primavera. Entre estos factores, la temperatura juega un papel importante, ya que sirve como catalizador principal para la dispersión generalizada de las partículas de polen.
Durante la temporada de invierno, cuando las temperaturas son más bajas debido a la reducción de la luz solar, las plantas leñosas entran en un estado de mínima actividad vegetativa. Sin embargo, a medida que se acerca febrero y las temperaturas van subiendo poco a poco, estas plantas emergen de su estado latente, acumulando el calor necesario para iniciar el proceso de floración. En el ámbito de la agronomía, la cantidad de calor necesaria se mide en grados día, con umbrales específicos para cada especie vegetal. Una vez que se alcanzan estos umbrales, las flores comienzan a florecer, lo que marca el inicio del proceso de polinización. Como mencionamos anteriormente, este proceso alcanza su punto máximo en mayo.
Además de los cambios de temperatura, en la dispersión de diferentes tipos de pólenes también intervienen diversos elementos meteorológicos. Estos factores pueden aumentar o disminuir las concentraciones de polen en el aire, proporcionando alivio o exacerbando las alergias. Las condiciones atmosféricas dictan estas fluctuaciones. Cuando se trata de esporas de hongos, la humedad del aire tiene efectos contrastantes. La alta humedad impide que el polen se libere al aire, mientras que mejora la eficacia de la esporulación de los hongos.
Cuando llega la lluvia primaveral, trae consigo una disminución de la cantidad de polen en el aire. No sólo aumenta la humedad, sino que el polen también es arrastrado y se deposita en el suelo al convertirse en parte de las gotas de lluvia. Por otro lado, cuando cesa la lluvia y sigue un periodo soleado con temperaturas en aumento, se estimula la liberación de polen.
Importancia del viento
Cuando se trata de viento, juega un papel crucial en la dispersión de esporas y polen por el aire, lo que permite a estos pequeños viajeros en el aire viajar lejos de sus hongos y plantas de origen. Para garantizar una correcta dispersión del polen, los expertos estiman que la trayectoria diaria del viento debería superar los 200 kilómetros. Además, cabe señalar que las velocidades más altas del viento mejoran la eficiencia de la polinización. Es lógico que el viento sea un valioso compañero del polen en su conquista de la atmósfera.
¿Cómo se realiza la medición del recuento de polen?
Hay tres métodos principales que se utilizan para medir el recuento de polen.
- Trampas de polen: Para capturar eficazmente el polen en el aire, se utilizan trampas de polen ubicadas estratégicamente. Estas trampas están equipadas con un eje giratorio provisto de papel adhesivo. A medida que el eje gira lentamente, aspira aire y atrapa partículas en el papel, lo que permite su posterior análisis. A continuación, el polen recogido se examina meticulosamente bajo un microscopio y se cuantifica en cantidad por metro cúbico de aire. Estas mediciones están simplificadas para uso público y ofrecen pronósticos que abarcan desde niveles bajos hasta altos de polen.
- Análisis microscópico: El proceso de análisis microscópico implica el examen y enumeración de los granos de polen obtenidos de las muestras. Profesionales capacitados emplean métodos de microscopía para diferenciar varios tipos de polen, lo que facilita la cuantificación precisa de las partículas de polen que se originan en plantas específicas que se sabe que causan alergias.
- Redes de conteo de polen: En diferentes regiones y países, redes de estaciones de monitoreo recopilan diligentemente datos sobre los niveles de polen. Mediante la utilización de diversas técnicas, incluidas trampas de polen, estas estaciones recolectan muestras para su análisis. Luego, la información resultante se recopila y evalúa, lo que proporciona información precisa sobre la concentración de polen en varios lugares.
Factores que afectan el recuento de polen
Los factores que afectan los niveles de polen incluyen:
- Estación del año: Los recuentos de polen varían según la época del año. En climas templados, el polen de los árboles prevalece en primavera, el polen de gramíneas prevalece en verano y el polen de malezas prevalece a finales del verano y en el otoño.
- Clima: Varios factores climáticos, como la temperatura, la humedad, la velocidad del viento y las precipitaciones, pueden afectar significativamente los recuentos de polen. Las condiciones cálidas, secas y ventosas ayudan a que el polen se disperse, lo que aumenta los recuentos de polen, mientras que la lluvia o la alta humedad pueden reducir temporalmente los niveles de polen.
- Geografía: Diferentes áreas exhiben diferentes patrones de vegetación, lo que resulta en diferentes tipos y cantidades de polen. En términos generales, las zonas urbanas tienden a tener recuentos de polen más bajos debido a la menor cantidad de plantas con flores en comparación con las zonas rurales o boscosas.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre los tipos de polen y sus características.