Qué es la vibración atmosférica inducida y por qué ha sido clave en el gran apagón eléctrico

  • La vibración atmosférica inducida puede afectar gravemente a líneas eléctricas de alta tensión bajo condiciones meteorológicas extremas.
  • El apagón ibérico de abril de 2025 ha sido atribuido, en parte, a este fenómeno aunque la explicación es aún debatida entre expertos.
  • La recuperación de la red tras el incidente evidencia la complejidad y vulnerabilidad de los sistemas eléctricos interconectados en Europa.

vibración atmosférica inducida y gran apagón eléctrico

Las últimas horas han estado marcadas por una pregunta que resuena tanto en medios de comunicación como en conversaciones cotidianas: ¿qué es exactamente la vibración atmosférica inducida y por qué ha saltado a la primera línea de actualidad? Todo surge tras el apagón masivo que dejó sin luz a millones de personas en España y Portugal el 28 de abril de 2025, un evento inédito que ha desconcertado a expertos y población general por igual.

La hipótesis de la vibración atmosférica inducida como causa del colapso eléctrico ha generado ríos de tinta digital. Sin embargo, ¿hasta qué punto es plausible, en qué consiste este fenómeno físico y qué opina la comunidad científica? A continuación, vamos a desgranar con rigor y detalle todo lo que se sabe –y lo que aún está en el aire– sobre este concepto y su posible relación con el apagón ibérico.

El contexto del apagón: la versión de los operadores eléctricos

El 28 de abril de 2025, una abrupta interrupción del suministro dejó a oscuras gran parte de la Península Ibérica. De inmediato, los operadores eléctricos de ambos países, REN en Portugal y Red Eléctrica Española (REE) en España, activaron protocolos de crisis para intentar esclarecer las causas y restituir el servicio lo antes posible.

REN, la empresa pública portuguesa responsable de la red de transporte de electricidad, señalaba en sus primeras comunicaciones a medios como Reuters y la BBC una posible relación con un “raro fenómeno atmosférico” acontecido en España. Según apuntaban, intensas variaciones de temperatura habrían provocado oscilaciones anómalas en líneas de muy alta tensión (400 kV), un proceso conocido técnicamente como vibración atmosférica inducida.

En paralelo, desde la administración española se evitaba pronunciarse de forma categórica a la espera de los resultados de la investigación. La teoría del ciberataque fue mencionada, pero sin evidencias corroboradas. El propio primer ministro portugués, Luís Montenegro, descartaba la intencionalidad y reforzaba la idea de un desencadenante natural y muy poco habitual.

¿Qué es la vibración atmosférica inducida?

líneas de alta tensión vibración atmosférica inducida

El término vibración atmosférica inducida describe un fenómeno físico que afecta principalmente a las líneas de transmisión de alta y muy alta tensión. Consiste en la aparición de movimientos oscilatorios en los conductores eléctricos (los cables elevados que vemos sobre grandes torres), generados por la interacción entre factores eléctricos y condiciones atmosféricas externas.

El proceso arranca cuando se dan determinadas circunstancias meteorológicas, como viento sostenido, cambios bruscos de temperatura o situaciones de alta humedad ambiental. Esto puede propiciar la aparición de lo que en ingeniería eléctrica se conoce como descarga corona, que ioniza el aire alrededor del conductor y produce pequeñas corrientes entre el metal y la atmósfera.

Las partículas cargadas así generadas interactúan con el intenso campo eléctrico de las líneas de alta tensión, lo que origina fuerzas periódicas de carácter electrohidrodinámico (EHD). Estas fuerzas no son mecánicas en sentido estricto, sino el resultado de la interacción entre electricidad y atmósfera.

Como consecuencia, se generan ondas de presión en el aire circundante que inciden directamente sobre el propio cable. Cuando la frecuencia de estas fuerzas alternas se aproxima o coincide con la frecuencia natural de vibración del conductor, se produce el fenómeno de resonancia.

Este estado de resonancia puede amplificar enormemente las oscilaciones del cable, causando vibraciones de considerable amplitud aunque las condiciones de viento o temperatura aparenten ser normales a simple vista.

¿Cómo afectan el viento y las temperaturas extremas a este fenómeno?

La vibración atmosférica inducida es especialmente probable cuando confluyen dos elementos: viento constante (sin rachas bruscas ni turbulencia intensa) y temperaturas inusuales (tanto elevadas como muy bajas).

El viento puede generar vórtices de presión en el entorno del cable, que fuerzan su desplazamiento de un lado a otro. Si la velocidad de estos vórtices coincide con la frecuencia de vibración natural del cable (lo que depende de su longitud, masa y tensión), pueden producirse vibraciones intensas.

Las temperaturas extremas alteran el comportamiento mecánico de los conductores. El calor hace que los cables se dilaten y queden más flojos, mientras que el frío los contrae y los tensa. Ambos efectos influyen en su frecuencia de resonancia, volviéndolos, en muchos casos, más vulnerables a las vibraciones provocadas por el viento.

A esto se suma la descarga corona en situaciones de humedad elevada o presencia de partículas en suspensión, que facilita que se produzcan las fuerzas EHD antes mencionadas.

Diferencias con otros tipos de vibraciones en líneas eléctricas

torres eléctricas y fenómeno atmosférico

En el mundo de la ingeniería eléctrica, las líneas aéreas de alta tensión pueden experimentar vibraciones de muy diversa índole y origen. Es fundamental distinguir la vibración atmosférica inducida de otros fenómenos similares que se estudian habitualmente.

  • Vibración eólica clásica: produce oscilaciones de frecuencia intermedia debidas al paso del viento. Suele ser más predecible y afecta especialmente a los conductores de mayor longitud y menor tensión.
  • Galopeo: fenómeno producido por la acumulación de hielo o nieve en el cable, acompañado de viento. Da lugar a vibraciones de gran amplitud y baja frecuencia.
  • Vibración atmosférica inducida: se caracteriza por oscilar a frecuencias entre 0,1 y 10 Hz, y su principal desencadenante es la combinación entre condiciones eléctricas particulares y factores atmosféricos, no sólo el viento.

Esta diferencia de origen y mecanismo es clave para entender por qué la vibración atmosférica inducida resulta tan complicada de predecir y mitigar.

Consecuencias directas e indirectas sobre el sistema eléctrico

Las repercusiones de la vibración atmosférica inducida pueden ser muy variadas y dependen tanto de la intensidad como de la duración del fenómeno. Aunque en muchos casos sus efectos se limitan a ruidos audibles o ligeros desplazamientos del cable, cuando se dan las condiciones extremas pueden llegar a desencadenar auténticos problemas a gran escala.

A largo plazo, una exposición repetida a vibraciones –incluso de baja amplitud– provoca fatiga en los materiales que componen los conductores, los aisladores y también los herrajes que mantienen todo el sistema en pie.

Esto se traduce en una mayor probabilidad de aparición de fisuras, aflojamientos de conexiones y desgaste acelerado en puntos de contacto entre distintos elementos.

En algunos casos de vibraciones atmosféricas especialmente intensas, los sistemas de protección automática pueden interpretar que existe una anomalía grave y proceder a la desconexión de líneas enteras para evitar daños mayores.

Además, si la vibración altera la sincronización de los sistemas eléctricos interconectados, puede desencadenarse una reacción en cadena de desconexiones o cortes en cascada, como ocurrió en el gran apagón de abril de 2025, propagándose el fallo más allá del punto inicial.

¿Por qué ha sido tan polémica la explicación oficial?

apagón eléctrico ibérico

La atribución del apagón de abril de 2025 a la vibración atmosférica inducida no ha estado exenta de controversia. Desde el primer momento, expertos en física, meteorología y redes eléctricas han mostrado cautela ante la posibilidad de que un fenómeno tan raro llegara a provocar un efecto tan devastador.

Algunos científicos, como el físico Mario Picazo, recalcaron que sería necesario un viento considerable o cambios térmicos extremos para desencadenar resonancias en la red eléctrica de la magnitud observada. Aunque sí hubo amplitudes térmicas relevantes (noches casi gélidas seguidas de máximas de 20-25ºC), la mayoría considera poco probable que sólo este factor bastara para provocar el colapso.

Otros expertos, como José María Madiedo, astrofísico del Instituto de Astrofísica de Andalucía, han ido más allá descartando que la vibración atmosférica inducida, desencadenada por algún fenómeno atmosférico raro, sea suficiente explicación. Madiedo proponía como alternativa el posible impacto de un evento solar (tipo Carrington), aunque la falta de tormentas solares recientes o impacto simultáneo global descartó esta hipótesis.

Los operadores de red y las autoridades, mientras tanto, se han mantenido cautos: aunque han reconocido la complejidad y excepcionalidad del siniestro, insisten en que aún no existen pruebas concluyentes respecto al desencadenante exacto. Las investigaciones siguen abiertas y la transparencia informativa ha sido clave para evitar bulos y especulaciones.

El proceso de recuperación y las dificultades asociadas

La restauración del suministro eléctrico tras el apagón del 28 de abril de 2025 no ha sido ni sencilla ni inmediata. La principal complicación radica en que, al tratarse de una red interconectada internacionalmente (España, Portugal, Francia y Marruecos), cualquier intento de recuperación debe ser gradual y extremadamente coordinado.

El procedimiento seguido ha consistido en activar de manera progresiva los generadores clave de cada país para ir acompasando la producción eléctrica con el consumo real de los usuarios. Esta «reconexión paulatina» es esencial para evitar nuevas sobrecargas o desincronizaciones que podrían dar al traste con el proceso de restauración.

Francia, por ejemplo, ha colaborado abasteciendo energía al sistema español a través de la frontera norte. Al mismo tiempo, Portugal ha procedido a desconectar su red de la española para recuperar la normalidad con medios propios y evitar un efecto dominó adicional.

En este escenario, el estudio del sonido en el espacio y cómo las vibraciones pueden afectar a diferentes sistemas resulta relevante para entender las posibles causas del apagón.

En este escenario, la resiliencia y la coordinación entre operadores y gobiernos juegan un papel fundamental para devolver la estabilidad al sistema energético europeo tras un evento extremo.

Lecciones aprendidas y nuevos retos para el futuro

El incidente ha puesto de manifiesto varias vulnerabilidades inherentes a las redes eléctricas actuales. La búsqueda de máxima eficiencia, mediante la interconexión de múltiples países y sistemas, ha complicado la gestión de crisis y la recuperación tras incidentes graves.

Además, el papel de los fenómenos naturales extremos –ya sean variaciones de temperatura, viento o incluso efectos solares– parece cada vez más relevante en el contexto del cambio climático. Los expertos advierten que episodios como el reciente gran apagón ibérico podrían repetirse si no se actualizan los protocolos de seguridad, el mantenimiento de infraestructuras y los sistemas de monitorización y alerta temprana.

Las investigaciones abiertas por REN y Red Eléctrica Española buscan entender si la vibración atmosférica inducida fue realmente el “gatillo” del apagón o simplemente una circunstancia agravante en un contexto de red especialmente delicado.

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