Pocos rincones quedan ya en el planeta donde los humanos puedan disfrutar del paisaje que pueda beneficiarles enormemente como el Mar Muerto. Su alta concentración de sal impide que la vida marina pueda existir en él, pero proporciona un gran alivio a aquellos que sufren de alguna dolencia. Aunque este increíble lugar podría tener los días contados.
Un equipo de expertos del Servicio Geológico de Israel y de la Universidad Hebrea de Jerusalén, con la colaboración de otros profesionales de distintos países, han hallado evidencias de aridez extrema en las profundidades del Mar Muerto, lo que podría indicar un futuro cambio importante en el paisaje si las temperaturas continúan aumentando. Además, el Mar Negro también está experimentando cambios significativos debido al clima.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Earth and Planetary Science Letters, se basa en la cantidad de sal en forma de halita, que es un mineral sedimentario que se forma cuando el agua salada se evapora, que se ha encontrado en los núcleos salinos de sedimentos extraídos a 450 metros del fondo del mar (unos 1.150 metros de la superficie). Según explican los investigadores, la halita sólo se precipita cuando el nivel del agua es bajo. Este aspecto está relacionado con el preocupante futuro del Mar Muerto.
Después de comprobar la edad y periodo de formación de los fragmentos, pudieron averiguar que el nivel del Mar Muerto descendió drásticamente durante dos periodos glaciares: el primero hace entre unos 115.000 y 130.000 años, y el segundo hace unos 10.000 años. Durante estos intervalos el nivel bajó casi 500 metros, y se mantuvo así a veces por décadas.
La temperatura se elevó más de 4 grados por encima de la media en el siglo XX, que es lo que los científicos creen que volverá a ocurrir en este presente siglo. Lamentablemente, nada se puede hacer para detener el proceso: los modelos climáticos predicen mayor aridez en la región, dijeron los investigadores. Este fenómeno es similar al que afecta a otras regiones del mundo, como se menciona en el artículo sobre cambio climático y sus consecuencias.
La situación actual del Mar Muerto es alarmante. Se estima que cada año, el nivel de agua del lago disminuye alrededor de un metro. Actualmente, este ecosistema único enfrenta una disminución de más del 30% de su superficie desde 1960, lo que ha llevado a la formación de numerosos sumideros alrededor de sus costas. Estos sumideros, que pueden sobrepasar los diez metros de profundidad, se forman cuando las capas de sal subterráneas se disuelven debido a la lluvia, provocando el colapso del suelo que las cubre.
Las causas del retroceso del Mar Muerto
Existen tres factores principales que contribuyen al proceso de desecación del Mar Muerto. El primero de ellos es la desecación del río Jordán, que actúa como su principal fuente de agua. Desde la década de 1960, este río ha visto reducido su caudal en un 98% debido a las canalizaciones y desvíos realizados por Israel, lo que ha llevado a que de los 1.300 millones de metros cúbicos de agua que aportaba, apenas lleguen a 50 millones. Este aspecto es crucial para entender el futuro del Mar Muerto.
El segundo factor es la sobreexplotación de los recursos minerales. Las industrias en la región extraen minerales del lago, como el potasio, que son utilizados en la producción de fertilizantes. Esto no solo reduce el volumen de agua del mar, sino que también contamina el medio ambiente, haciendo que su recuperación sea aún más difícil. La extracción de recursos en otras regiones, como en el Mar de Galilea, también plantea desafíos para la salud del ecosistema regional.
Finalmente, el cambio climático juega un papel significativo en este proceso. Con el aumento de las temperaturas y una tendencia hacia condiciones más áridas, la evaporación del agua se acelera, incrementando aún más la necesidad de fuentes hídricas adicionales. Este fenómeno mundial es un desafío que afecta a muchos ecosistemas, como se detalla en el artículo sobre mares y océanos.
Impactos en el ecosistema y el turismo
La disminución del nivel de agua tiene efectos devastadores para el ecosistema del Mar Muerto. No solo afecta a la flora y fauna local, que dependen de este entorno único, sino que también plantea un riesgo significativo para la industria del turismo que se ha desarrollado alrededor del lago. Unas instalaciones turísticas que una vez estuvieron a orillas del lago ahora se encuentran a varios kilómetros de distancia debido al retroceso del agua. La situación es similar a la que se vive en otros destinos turísticos amenazados por el .
El turismo es un sector crítico para la economía local, y atrajo a millones de visitantes que buscaban disfrutar de la experiencia de flotación en sus aguas hipersalinas y de las propiedades terapéuticas de su barro. La industria turística está empezando a sufrir gravemente, y hay temores de que, si no se toman medidas adecuadas, muchas de estas instalaciones tengan que cerrar, afectando aún más el .
Intentos de conservación y posibles soluciones
Ante la alarma por el inminente peligro de extinción del Mar Muerto, varios gobiernos y organizaciones han comenzado a explorar soluciones. Un plan propuesto es la construcción de un canal que conecte el Mar Rojo con el Mar Muerto, que se espera que ayude a estabilizar sus niveles de agua. Esta ambiciosa iniciativa tiene un costo estimado en 4.000 millones de dólares, y se prevé que pueda aportar 300 millones de metros cúbicos de agua al lago cada año, un esfuerzo comparable a la importancia de mantener otros cuerpos de agua, como el .
Además, hay voces que abogan por la necesidad de restaurar el caudal del río Jordán. Esto podría lograrse a través de la implementación de prácticas más sostenibles en la gestión del agua y la recuperación de parte del flujo histórico, optimizando el uso del agua derivada para riego y otras actividades. Es esencial que se tomen medidas para asegurar un futuro sostenible.
También es fundamental que las empresas que operan en la región sean responsables de sus acciones y se les exija utilizar métodos de extracción menos dañinos. La liberalización de la industria y la mejora de la gestión del agua no solo ayudarían a recuperar el Mar Muerto, sino que también preservarían un ecosistema único y vital para la biodiversidad local.
La situación del Mar Muerto es un claro ejemplo de cómo la actividad humana y el cambio climático pueden amenazar un ecosistema único. Se requieren esfuerzos urgentes y coordinados entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales y el sector privado para abordar esta crisis y asegurar un futuro viable para esta región. El destino del Mar Muerto dependerá de la voluntad colectiva de salvaguardar no solo sus aguas, sino también la rica biodiversidad y el patrimonio cultural que representa.
- El Mar Muerto se encuentra en peligro de extinción debido a la reducción de su caudal.
- Las principales causas son la desecación del río Jordán, la sobreexplotación industrial y el cambio climático.
- El turismo, un pilar económico, se ve gravemente afectado por el retroceso del agua.
- Iniciativas para conservar y restaurar el Mar Muerto están siendo exploradas, incluyendo la construcción de un canal desde el Mar Rojo.