En los últimos años estamos siendo testigos de un incremento alarmante de las temperaturas a nivel mundial, batimos récords de calentamiento prácticamente todos los meses. Este fenómeno, acompañado de fenómenos meteorológicos cada vez más intensos y devastadores, está llevando a la humanidad a cuestionarse, casi de forma obligada, qué está haciendo con el planeta. Además, es necesario tener en cuenta que diversos elementos de nuestra sociedad, como la calentamiento global en Europa, están interconectados.
La Tierra, nuestro único hogar, ha comenzado a sufrir consecuencias que parecen irremediables. Un grupo de científicos y diplomáticos ha reunido sus voces en una carta abierta que advierte que tan solo nos quedan tres años para evitar que se produzcan los peores efectos del cambio climático, un hecho que, de no ser atendido, podría llevar a la humanidad a un escenario catastrófico.
La misiva, firmada por un grupo de seis destacados científicos y diplomáticos, entre ellos la investigadora y ex jefa de medio ambiente en la ONU, Christiana Figueres, junto al físico Stefan Rahmstorf, destaca que los últimos tres años han sido los más cálidos registrados globalmente. Un aumento de tan solo 1ºC está ya ocasionando riesgos significativos para millones de personas: el hielo de los polos se está derritiendo a un ritmo imparable, el nivel del mar aumenta más rápido de lo previsto, y fenómenos como las sequías y ciclones se están intensificando constantemente. Esta situación se agrava al observar que el cambio climático podría llevar al aumento de la temperatura global entre 2 y 5 grados.
Por otro lado, el impacto de la deforestación es devastador: cada año, talamos una media de 15,3 millones de árboles (sin olvidar que hay alrededor de tres billones de árboles). Esto se traduce en la pérdida de hábitats y en un aumento de la contaminación no solo en los mares y ríos, sino también en el aire que respiramos. Si esta tendencia continúa, las proyecciones de futuro son sombrías. Por ello, los investigadores proponen varias metas que deberían ser alcanzadas a más tardar en 2020, tales como:
- Aumentar la participación de energías renovables hasta alcanzar el 30% del consumo de electricidad.
- Asegurarse de que el 15% de todos los vehículos nuevos sean eléctricos.
- Reducir las emisiones netas de la deforestación.
La comunidad científica no se detiene y, de hecho, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ha lanzado advertencias contundentes sobre la necesidad de actuar ahora. Según sus informes, una diferencia de tan solo medio grado puede tener consecuencias devastadoras para nuestro planeta. Por lo tanto, cada vez es más urgente limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de 1,5 grados centígrados. Además, muchos países, como se menciona en este artículo sobre los desastres naturales en Kenia, ya están enfrentando efectos severos que ponen en peligro la vida.
Las predicciones actuales indican que, si no se toman medidas efectivas, avanzamos hacia un calentamiento de 3°C, lo que es completamente inaceptable según los Acuerdos de París. En este sentido, los efectos del cambio climático en Europa serán devastadores si no actuamos rápidamente.
En este contexto, los reportes del IPCC describen un futuro comprometido donde la extinción total de los arrecifes de coral, el incremento de 10 millones de personas expuestas a inundaciones, y la disminución de zonas aptas para la agricultura, se convierten en la norma. Esto se traduce también en un aumento de la inseguridad alimentaria, exacerbando las tensiones sociales y generando conflictos. Recientemente, hemos visto el impacto en Somalia, donde la sequía ha reducido los alimentos y ha provocado muertes. Este es un claro ejemplo de cómo el cambio climático afecta a las personas.
El impacto no se limita solo a lo ambiental. También, según el IPCC, un aumento de 1,5°C incrementaría la probabilidad de eventos meteorológicos extremos. Por ejemplo, el número de personas que enfrentan condiciones climáticas severas y pobreza se multiplicaría, lo que podría también aumentar la propagación de enfermedades, como el dengue y la malaria. Estudios relacionados como los de el impacto de medio grado en fenómenos meteorológicos, son alarmantes.
Efectos del Cambio Climático en los Ecosistemas
Los efectos del cambio climático son multifacéticos y afectan tanto a los ecosistemas marinos como terrestres. La acidificación de los océanos afecta la capacidad de los mismos para sostener la vida marina, mientras que la deforestación desata un ciclo negativo de pérdida de biodiversidad. De acuerdo con estudios recientes, entre el 70% y el 90% de los arrecifes de coral se podrían perder con un incremento de 1,5°C, lo que se traduce en la extinción de numerosas especies. Este riesgo también se ve reflejado en el informe sobre los cambios en las estaciones que afectan a los ecosistemas. El deshielo también es alarmante, y la Antártida podría perder un 25% de su hielo para finales de este siglo.
El aumento del nivel del mar, que se proyecta que aumente 10 centímetros más si pasamos de 1,5 a 2 grados de calentamiento, tendrá un impacto directo en las áreas costeras, poniendo en riesgo la vida de millones de personas. Esto no es tan solo un problema ambiental, sino un desafío de justicia social, ya que las comunidades más vulnerables son las que más sufren. Esto nos recuerda que el cambio climático es un asunto que afectará a millones de personas en el futuro.
A medida que avanzamos en esta crisis, la ciencia nos pone en una posición crítica. Debemos reconocer que los cambios necesarios deben ser formidables y proceder de forma conjunta. El camino hacia la sostenibilidad no es solo una responsabilidad de los gobiernos, sino que cada individuo también tiene un papel crucial que desempeñar. Las acciones que tomemos ahora son clave, especialmente en relación con invertir en infraestructuras verdes para adaptarnos mejor al cambio climático.
¿Qué podemos hacer?
En este contexto de urgencia, debemos fomentar el desarrollo de tecnologías limpias y la utilización de energías renovables. Hay numerosas acciones que podemos adoptar a nivel individual y colectivo para contribuir a la causa:
- Implementar el uso de energías renovables en nuestras casas y comunidades.
- Fomentar un estilo de vida sostenible, como la reducción del uso de vehículos particulares en favor de alternativas más ecológicas como bicicletas o transporte público.
- Reducir, reutilizar y reciclar para disminuir la cantidad de residuos que generamos.
- Aumentar la concienciación sobre el cambio climático, educando a otros sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
- Apoyar legislaciones que busquen mitigar el impacto ambiental y fomentar prácticas sostenibles, como se está intentando con la comunidad Por el Clima.
El cambio climático no es un problema del futuro; es un desafío real y presente que nos afecta a todos. Cada acción cuenta y es necesario que cada uno de nosotros se involucre. Desde iniciativas individuales hasta compromisos políticos, cada esfuerzo puede marcar una diferencia, especialmente si se considera la situación actual en Australia.
La carta enviada por los científicos es clara: si no tomamos medidas drásticas en el corto plazo, el futuro de nuestro planeta se verá comprometido. La ventana de oportunidad para actuar es limitada, y cada día que pasa sin acción es un paso hacia un futuro incierto.
