El lanzamiento del satélite MetOp-SG-A1 marca un avance crucial en la vigilancia meteorológica europea
El primer satélite europeo de segunda generación para meteorología, MetOp-SG-A1, ya está en el espacio tras despegar a las 00:37 GMT desde el puerto espacial de Kourou (Guayana Francesa) a bordo de un cohete Ariane 6. El vehículo alcanzó la órbita prevista y activó los sistemas iniciales sin incidencias, paso clave para comenzar la fase de verificación en vuelo.
Concebido para reforzar la vigilancia de fenómenos extremos y la medición de la calidad del aire, el satélite operará en órbita polar a unos 832 kilómetros de altitud. La misión, que integra el espectrómetro Copernicus Sentinel-5, funcionará de forma continua y estará plenamente operativa dentro de un año.
Tecnología e instrumentos
MetOp-SG-A1 incorpora un conjunto de seis instrumentos complementarios de última generación diseñados para extraer información detallada de la atmósfera y la superficie.
- Sondeador infrarrojo: perfila temperatura y humedad en altura para mejorar análisis y predicción.
- Sondeador de microondas: permite observaciones bajo nubes, vital en tormentas y frentes activos.
- Radiómetro multiespectral: genera imágenes en múltiples bandas para el seguimiento de nubes, superficies y océanos.
- Generador de imágenes multivisión y multipolarización: aporta geometrías y polarizaciones distintas para la obtención de parámetros avanzados.
- Sondeo por radioocultación: usa señales GNSS para perfilar la troposfera y la estratosfera con gran precisión.
- Espectrómetro Sentinel-5: núcleo de la contribución Copernicus para medir gases traza y aerosoles.
El espectrómetro Sentinel-5 es un instrumento avanzado que detecta compuestos como ozono, NO2, SO2, formaldehído, glioxal, CO y metano, además de aerosoles. Sus mediciones permitirán evaluar la exposición a radiación ultravioleta, vigilar la contaminación y apoyar servicios públicos de alerta sanitaria.
Los datos no solo mejorarán la predicción del tiempo, sino que también alimentarán aplicaciones de ahora-casting, oceanografía, hidrología, análisis de composición atmosférica y monitorización del clima, generando series temporales esenciales para la comunidad científica y los servicios meteorológicos.

Constelación, operaciones y socios
Tras la inserción orbital, el satélite de aproximadamente cuatro toneladas desplegó su panel solar y comenzó las comprobaciones de salud y seguridad. Estas verificaciones iniciales son habituales y permiten dar inicio a la fase de puesta en marcha.
MetOp-SG-A1 es el primer elemento de una serie de tres pares; cada par lo forman un satélite A y otro B con instrumentos distintos pero complementarios. El siguiente de la serie, MetOp-SG-B1, está previsto para el próximo año e incluirá cuatro cargas útiles adicionales.
Esta segunda generación asegura la continuidad del legado de MetOp y aporta mayor resolución y precisión. Los satélites de la primera generación ya fueron esenciales para perfeccionar las previsiones europeas en horizontes de 12 horas a 10 días; ahora, la capacidad de observación se amplía ofreciendo datos 24/7 desde órbitas polares.
La misión es fruto de la cooperación entre la ESA y Eumetsat: la Agencia Espacial Europea lidera el diseño y construcción, y Eumetsat gestiona el servicio de lanzamiento, el segmento terrestre, las operaciones y la distribución de datos a los centros nacionales, como AEMET. Además, es la primera contribución europea al Sistema Polar Conjunto en colaboración con la NOAA.
Durante su desarrollo, participaron empresas de 16 países europeos y Canadá. En España, destacan Airbus Crisa (potencia y control de instrumentos), GMV (control y operaciones), Indra (procesadores), Arquimea (control térmico), ALTER (ensayos), HV Sistemas (equipamiento) y Thales Alenia Space (comunicaciones).
Se ha diseñado una arquitectura que permitirá al satélite operar al menos 21 años, con mejoras en continuidad y políticas de fin de vida. MetOp-SG-A1 cuenta con una reentrada controlada al finalizar su misión para reducir la generación de desechos espaciales.

Con el lanzamiento confirmado, la fase de puesta en servicio permitirá calibrar cada instrumento y validar la cadena de procesamiento antes de la entrega rutinaria de productos. El objetivo es ofrecer mediciones de alta calidad para mejorar las herramientas de predicción, reforzar la vigilancia de la contaminación y respaldar decisiones públicas ante eventos extremos.