Todos sabemos, bien por haber leído algunas noticias, por haberlo visto en los telediarios o por haberlo vivido, que los terremotos son capaces de destruir carreteras, edificios y todo tipo de construcciones. Pero, además, pueden modificar el paisaje… o incluso el propio planeta.
Y es que un estudio reciente muestra que los terremotos cambian las propiedades elásticas de la corteza terrestre. Asombroso, ¿no te parece?
Corteza terrestre
Pero antes, veamos qué es la corteza terrestre.
La corteza terrestre es la capa de roca externa del planeta. Realmente es muy fina, de unos 5km de espesor en el fondo oceánico, y de hasta 70km en las zonas montañosas. La corteza tal y como la conocemos hoy tiene alrededor de 1700-1900 millones de años. Se diferencia la oceánica, la cual cubre el 78% de la superficie de la Tierra, y la continental.
Cómo se forma un terremoto
Como sabemos, el planeta, geológicamente hablando, parece un puzzle debido a las diferentes placas tectónicas (también llamadas placas litosféricas) existentes. Cuando se acumula demasiada tensión entre ellas, se libera, provocando así el temblor.
¿Cómo un terremoto puede modificar las propiedades elásticas de la corteza?
Los terremotos pueden desencadenar otros a varios kilómetros de distancia, pero ahora además un equipo liderado por Andrew Delorey, del Laboratorio Nacional estadounidense de Los Álamos, y Kevin Chao, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, han descubierto que cuando la tensión causa que dos fallas se muevan, la energía se libera en forma de ondas sísmicas.
Estas ondas, al pasar a otra región de fallas, modifican la elasticidad que permite a la corteza soportar la tensión. Así, también cambia el estado de la tensión estructural, lo cual puede acabar provocando un nuevo terremoto.
La Tierra es un planeta mucho más dinámica de lo que en un principio se podría pensar.