¿Los termómetros de la calle miden bien la temperatura?

50 grados en el termometro

En los meses de verano no es raro que los termómetros superen los 50ºC. Sin embargo, ¿podemos realmente confiar en estas lecturas? ¿Es esta temperatura realmente precisa? No se puede confiar en los indicadores de temperatura que se encuentran en las calles de nuestra nación como un indicador preciso de la temperatura del día. Cuando se exponen a una exposición prolongada al sol, registran temperaturas significativamente más altas que la medición real.

En este artículo vamos a contarte si los termómetros de la calle miden bien la temperatura y si podemos fiarnos de ello.

¿Los termómetros de la calle miden bien la temperatura?

termometros de la calle

Se sabe que las lecturas de temperatura proporcionadas por varios termómetros ubicados por toda la ciudad, incluidos los clásicos independientes, así como los que se encuentran en las marquesinas de las paradas de autobús o en los vehículos, arrojan valores de temperatura inexactos.

Además de la exposición directa al sol, las ciudades introducen otro elemento que contribuye al calor: la emisión de calor del asfalto y los edificios. ¿Se puede confiar en los termómetros callejeros?

A medida que la energía del sol es absorbida por estos termómetros urbanos, siguen acumulando calor hasta alcanzar su máxima capacidad. En este punto se produce un proceso inverso, provocando que los edificios y el asfalto emitan calor. Este calor adicional contribuye a la amplificación de las temperaturas detectadas por los sensores de los termómetros urbanos.

Es importante tener en cuenta que los termómetros colocados al sol en áreas urbanas no sirven como puntos de referencia de temperatura precisos. Para obtener las lecturas más precisas, los termómetros deben colocarse en áreas sombreadas y espacios abiertos sin edificios ni asfalto, lo que permitirá un mejor ajuste a la temperatura real.

Los termómetros callejeros, debido a limitaciones técnicas, no cumplen con los estándares establecidos por la Organización Meteorológica Mundial. Por el contrario, las aplicaciones meteorológicas móviles dependen de fuentes que cumplen con estas regulaciones.

¿Cuál es el método adecuado para medir la temperatura exterior?

estaciones meteorologicas

La medición de la temperatura en la calle se realiza según un conjunto de estándares establecidos por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), también conocida como WMO en inglés. Para garantizar la precisión, la temperatura se mide dentro de garitas meteorológicas, que son estructuras de madera pintadas en un blanco mate resistente al agua. Estas cajas están diseñadas con paredes dispuestas en forma de persianas.

El objetivo es proteger el termómetro de la luz solar directa y medir la temperatura del aire circundante, en lugar del termómetro en sí. Al implementar esta configuración, el termómetro evita absorber humedad durante la lluvia y al mismo tiempo permite un flujo de aire sin restricciones.

Para garantizar una correcta colocación, el stand deberá ubicarse a una altura mínima de 1,20 metros sobre el nivel del suelo, con un radio libre de al menos 20 metros libre de cualquier obstrucción. Además, es imprescindible que el stand esté situado fuera de los núcleos urbanos, con su entrada orientada al norte.

Las temperaturas indicadas por los termómetros callejeros no pueden considerarse fiables ya que no cumplen ninguno de los requisitos necesarios.

¿Cómo lo hace la AEMET para medir la temperatura?

termometros equivocados

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) de España mide la temperatura utilizando una red de estaciones meteorológicas distribuidas por todo el país. Estas estaciones están equipadas con sensores especializados que capturan datos de temperatura de manera precisa y continua.

El principal instrumento utilizado para medir la temperatura es el termómetro de mercurio o alcohol, que está contenido en una garita meteorológica. Sin embargo, en la actualidad, estos han sido reemplazados en gran medida por sensores electrónicos debido a su mayor precisión y capacidad para transmitir datos en tiempo real. Estos sensores son termorresistencias o termistores, que miden la temperatura en función de los cambios de resistencia eléctrica cuando la temperatura varía.

Para garantizar que las mediciones de temperatura sean representativas y no estén influenciadas por factores externos, los sensores se colocan dentro de una garita meteorológica, también conocida como abrigo meteorológico. Esta garita es una pequeña estructura blanca que protege el sensor del sol, la lluvia y el viento, permitiendo al mismo tiempo la circulación del aire. La garita se sitúa generalmente a 1,5 metros sobre el nivel del suelo, una altura estándar internacional para la medición de la temperatura del aire.

Las estaciones meteorológicas de la AEMET registran la temperatura a intervalos regulares, que pueden variar entre cada 10 minutos y una hora, dependiendo de la estación. Estos datos se transmiten automáticamente a los centros de procesamiento de AEMET, donde se analizan y se validan para asegurar su precisión. Si se detectan datos anómalos, se revisan manualmente para confirmar su veracidad.

Los datos de temperatura recolectados se utilizan para diversos propósitos, como la elaboración de pronósticos meteorológicos, la vigilancia de condiciones climáticas extremas y el estudio de patrones climáticos a largo plazo. Estos datos también se ponen a disposición del público, investigadores y otras instituciones para su análisis y toma de decisiones.

Sensación térmica y termómetros callejeros

Al final lo que importa realmente es la sensación térmica que tenemos y no el número que marca un termómetro de la calle. Mientras que la temperatura real refleja la cantidad de calor en el aire, la sensación térmica toma en cuenta otros factores que influyen en nuestra percepción de esa temperatura, como el viento, la humedad y la radiación solar.

Comprender la sensación térmica es esencial para interpretar correctamente las condiciones meteorológicas y tomar decisiones informadas sobre cómo vestirse o planificar actividades al aire libre. Por ejemplo, una temperatura de 10 °C en un día soleado y sin viento puede sentirse cómoda, mientras que la misma temperatura en un día ventoso podría requerir ropa más abrigada.

En invierno, una baja sensación térmica puede aumentar el riesgo de hipotermia y congelación, mientras que en verano, una alta sensación térmica puede llevar a golpes de calor o deshidratación. Por esto, los servicios meteorológicos como la AEMET proporcionan regularmente información sobre la sensación térmica junto con las temperaturas reales y esto es más importante que fijarse en los termómetros callejeros.

Espero que con esta información puedan conocer si los termómetros de la calle miden bien la temperatura o no.


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