El cambio climático es un reto al que todos nos tendremos que enfrentar. Sin embargo, no todos lo tendrán fácil. En los países en vías de desarrollo, los más afectados, tendrán tantas dificultades que la única solución para poder continuar con vida será la de emigrar de lo que ha sido su hogar desde siempre.
A medida que los niveles de dióxido de carbono y otros gases como el metano aumentan más de lo que deberían, la temperatura sube y los rayos del sol dejan a muchos rincones del mundo sin apenas agua. Ante esta situación, serán muchos los millones de personas que se verán obligadas a convertirse en refugiados climáticos.
Hace dos años, en el 2014, el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos, del Consejo Noruego de Refugiados estimó en 19,3 millones de personas que se marcharon de sus hogares debido a los desastres naturales, como los huracanes o las sequías. Personas que se fueron a otros países buscando un lugar más seguro, como el Viejo Continente.
Siria, durante los años 2006 y 2011, experimentó una de las peores sequías de su historia reciente, lo que provocó la muerte de gran parte del ganado y el desplazamiento de dos millones de seres humanos hacia las ciudades. Esta situación dio lugar a protestas que fueron reprimidas con violencia, de modo que actualmente los sirios están abandonando su país.
Para el año 2050, tal y como te comentábamos en el blog, Oriente Medio va a hacer mucha, mucha calor durante el verano. La temperatura durante la noche será de 30ºC, y durante el día de 46ºC, que podrían ser 50ºC a final de siglo.
Algunos investigadores advierten que el agua, el bien más preciado, se convertirá en motivo de guerra en el futuro. En África ya lo estamos viendo: cada año mueren millones de personas por falta de agua potable. Esto resalta la importancia de entender la cambio climático y la migración forzada como un factor crucial.
En un informe del Banco Mundial se ha estimado que 216 millones de personas podrían verse obligadas a desplazarse dentro de su país por motivos climáticos en el año 2050. Este estudio también alerta que durante la próxima década ya podrían surgir puntos críticos de migración por causas medioambientales. Esta migración climática podría reducirse a solo 44 millones de personas si los países comienzan a reducir de inmediato los gases de efecto invernadero, corrigen las brechas de desarrollo, restauran sus ecosistemas y ayudan a las personas en términos de adaptación medioambiental.
La escala de la migración interna provocada por impactos climáticos será mayor en las regiones más pobres y vulnerables al cambio climático, lo que indica que las deficiencias subyacentes en la capacidad de los sistemas sociales, económicos y de medios de subsistencia para abordar el cambio climático podrían socavar los logros en materia de desarrollo.
La región con más desplazados climáticos internos sería el África subsahariana, donde se podrían ver hasta 86 millones de personas en movimiento; seguida por el este de Asia y el Pacífico, con 49 millones; el sur de Asia, con 40 millones; el norte de África, con 19 millones; América Latina, con 17 millones; y Europa del Este y Asia Central, con cinco millones.
El motivo por el que África tiene esa proyección tan alta con respecto a otras regiones del mundo es que el continente es sumamente vulnerable a los impactos del cambio climático, sobre todo en las tierras áridas, que ya son frágiles, y a lo largo de las costas expuestas. La agricultura, que en la región subsahariana consiste casi totalmente en cultivos de secano, también representa un gran porcentaje del empleo y es fundamental para la seguridad alimentaria, como verás en nuestra entrada sobre .
Se prevé que en el Norte de África se registrará la mayor proporción de migrantes internos por motivos climáticos en relación con la población total. Esto obedece en gran medida a la grave escasez de agua, así como a los impactos del aumento del nivel del mar en las zonas costeras densamente pobladas y en el delta del Nilo.
El cambio climático representa, además, un problema de justicia global. Los impactos relacionados con el cambio climático no se distribuyen de manera equitativa, afectando de manera más significativa a algunas regiones del mundo que a otras. Esta realidad pone de relieve la desigualdad entre las naciones del sur global, que sufren de manera desproporcionada las consecuencias de las emisiones históricas de los países desarrollados. Para las Naciones Unidas, las injusticias relacionadas con el cambio climático resaltan la creciente brecha entre los más ricos y los más pobres.
El vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial, Juergen Voegele, resaltó que el informe del Banco Mundial “es un crudo recordatorio del costo humano que genera el cambio climático”, particularmente en las personas que cuentan con menos recursos y que normalmente son las que menos contribuyen a esta situación. La definición y aplicación de políticas globales para prevenir el cambio climático deben tener en cuenta que la injusticia social agrava las consecuencias de estos cambios, un tema que hemos explorado en nuestra publicación sobre el cambio climático y la migración forzada.
Este fenómeno de migración climática ya no es un problema del futuro, sino que está ocurriendo hoy. Según datos recientes, en 2022 se reportaron 32.6 millones de desplazamientos forzosos debido a desastres naturales, un aumento del 41% en comparación con el promedio de los últimos diez años. Este incremento es un claro indicador de que el cambio climático está forzando a las personas a abandonar sus hogares, incluso a aquellas que no se encuentran en primera línea de conflictos bélicos.
La lucha por la posesión de tierras y el acceso a los recursos naturales ha sido una fuente constante de conflictos en todo el mundo. Recientemente, estas tensiones se han acentuado debido al cambio climático. Ante la pérdida creciente de tierras fértiles y el acceso limitado a recursos vitales, comunidades enteras de todas las regiones del mundo se ven obligadas a optar por el exilio. Esto es un evidente factor multiplicador de amenazas, que afecta cada vez más a las comunidades menos privilegiadas, incapaces de adaptarse a los cambios en su entorno, un fenómeno que hemos analizado en nuestro artículo sobre el impacto del cambio climático en los desplazamientos.
Las catástrofes naturales relacionadas con el medio ambiente afectan de manera desproporcionada a las poblaciones rurales en países vulnerables. Los cinco países más afectados por estos fenómenos climáticos son Pakistán, Filipinas, China, India y Nigeria, que representan el 98% de los nuevos desplazamientos en 2022. Estas comunidades desfavorecidas, incapaces de desplazarse o reasentarse, están destinadas a residir en áreas directamente expuestas a los estragos climáticos. Sus sufrimientos se traducen en consecuencias económicas y sociales devastadoras, especialmente en sectores cruciales como la agricultura, la pesca y los bosques, que son los pilares mismos de la economía de estas naciones.
Se espera que estas dinámicas de migración continúen creciendo. Es fundamental adoptar medidas ahora para salvaguardar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el curso de los próximos 10 años y garantizar la prosperidad compartida hasta la mitad del siglo y más allá. El Banco Mundial hace recomendaciones clave que incluyen reducir las emisiones globales y hacer todo lo posible por alcanzar las metas de temperatura del Acuerdo de París, integrar la migración interna por motivos climáticos en la planificación de un desarrollo verde y resiliente, y prepararse para cada fase de desplazamiento, de modo que la migración interna por motivos climáticos pueda emplearse como estrategia de adaptación y genere resultados positivos.
El cambio climático no solo es una crisis ambiental, sino también social y económica. A medida que el planeta se calienta y las condiciones de vida se deterioran, los millones de refugiados climáticos que emergen de esta realidad necesitarán apoyo y soluciones efectivas. El desafío es significativo, pero la acción colectiva y la cooperación son fundamentales para abordar esta crisis y proteger a las comunidades vulnerables del mundo.