Para finalizar nuestro repaso por los distintos géneros de nubes abordamos la que posiblemente es la nube más llamativa e interesante, nos referimos a los Cumulonimbus, el segundo tipo de nubes de desarrollo vertical aunque en realidad es fruto de un cúmulo con un desarrollo mayor.
Según la OMM se describe como una nube amazacotada y densa, con un desarrollo vertical considerable, en forma de montaña o de enormes torres. Parte, al menos de su cima es normalmente lisa, fibrosa o estriada, y casi siempre aplastada; esta parte se extiende a menudo en forma de un yunque o de un vasto penacho. Por debajo de la base, muy oscura, aparecen nubes bajas desgarradas y precipitaciones o chubascos.
Como decíamos, el Cumulonimbus es el siguiente paso de desarrollo, en la escala ascendente de la convección, a los Cumulus Congestus, por tanto, son nubes de gran desarrollo vertical (los topes suelen estar entre 8 y 14 Km de altura). En nuestras latitudes se originan sobre todo en primavera y verano en situaciones de inestabilidad.
Están compuestos por gotitas de agua y cristales de hielo en su parte superior o yunque. En su interior contienen también gotas de lluvia grandes, copos de nieve, hielo granulado, granizo y en casos de extrema inestabilidad pedrisco de considerable tamaño.
Producen casi siempre tormenta, es decir, precipitaciones en forma de chubascos, de lluvia o granizo, generalmente, aunque también de nieve en invierno, acompañadas de vientos racheados y de descargas eléctricas que se producen entre nubes o entre nube y tierra (rayo).
Los Cumulonimbus son los reyes de las nubes, los más fotografiados y los más espectaculares. Se prestan a ser retratados en cualquier situación y es interesante poder fotografiarlos en una secuencia completa de una tormenta. No hay que confundir con los Cumulus Congestus pues los Cumulonimbos son más altos, presentan estructura fibrosa en las cimas.
Presentan dos especies (Calvus y Capillatus) y no presenta variedades.
Fuente – AEMET
Más información – Los Cumulus