Las precipitaciones que han caído en España en las últimas semanas han servido para recuperar de algo los niveles de los embalses de toda la Península. Sin embargo, no son ni de lejos, lo suficientemente fuertes como para paliar los problemas de la sequía.
¿Quieres saber cómo han aumentado los niveles de los embalses y la comparación con lo que deberíamos tener?
Sequía total
La sequía que padece España no se ve desde el año 1995 en la que los embalses de toda España llegaron de media al 34%. Este 2017 se va a cerrar con las reservas en un 38,15%, después de tres semanas consecutivas de crecidas. Estas crecidas han ayudado a que los embalses se recuperen algo, pero no palian la severa sequía que padece España.
El volumen total de agua embalsada en España a día de hoy es de 21.391 hectómetros cúbicos. esta cantidad se aleja mucho de la media de los últimos diez años que se sitúa en 31.691 hectómetros cúbicos.
Los niveles de los embalses no se encontraban tan bajos desde el 1995, cuando llegaron al 34,71% de capacidad. La situación esta vez es especialmente llamativa en algunas cuencas del noroeste, como la del Duero, que se encuentra al 31,38% (un nivel que no se ha visto desde hace más de 30 años) o la del Segura que se encuentra al 14,11%, que es la más preocupante.
Gracias a las precipitaciones de estas semanas han aumentado, sobretodo en algunas cuentas del norte peninsular que están en situación muy precaria. Algunas como la del Cantábrico Oriental, que se encuentra al 90,41%, la del Cantábrico Occidental, que está al 61,20% y la del Miño-Sil, al 44,22%.
Déficit hídrico almacenado
Los datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente conocidos hoy, últimos de 2017, revelan que las cuencas con más déficit hídrico siguen siendo las del Segura, que está al 14,11 %; la del Júcar, al 25 %; la cuenca mediterránea andaluza, al 30,58 %; Duero, al 31,38 %; y Guadalquivir, al 31,69 %.
La cuenca de Segura es la más preocupante y no se encontraban niveles tan bajos desde más de diez años, cuando llegaron a estar al 14,26%. Los niveles del Júcar también han estado muy bajos, aunque también lo estuvieron en la sequía del 2007, llegando al 20,02%.
Con los niveles por debajo del 50 % van a cerrar también el año las cuencas del Miño-Sil (44,22 %), Galicia Costa (46,64), Duero (31,38), Tajo (37,40), Guadiana (44,04), Guadalete (38,82), Guadalquivir (31,69), las cuencas mediterráneas andaluzas (30,58), Ebro (48,91) y las cuencas internas de Cataluña (45,79).
Como sabemos, el norte de España no está tan afectado por la sequía, puesto que sus niveles son más altos: Cantábrico oriental, que acabará el año con los niveles al 90,41; Cantábrico occidental (61,20); los embalses del País Vasco (80,95), y los del Tinto Odiel y Piedras (al 69).
Si realizamos una visión general de todos los embalses de España, nos encontramos con un porcentaje de 38,15% frente al año pasado, que cerró el año con 51,1%. Como vemos, cada año la sequía se acentúa más y se vuelve más peligroso, dado que también aumenta la desertización.
Usos de embalses y lluvias
Existen dos tipos de usos que se les da a los embalses: aquellos de uso consuntivo (los de abastecimiento de la población) y los de generación de energía hidroeléctrica (mediante saltos de agua).
Los embalses de uso consuntivo se encuentran al 33,3% alejada de la cifra del año pasado que se encuentra al 58,1%.
Por otro lado, los embalses que se emplean para la generación de energía hidroeléctrica se encuentran al 49%, cuando la media de los últimos cinco años ha sido del 62,2%.
Las últimas lluvias han afectado a casi toda España ayudando a aumentar los niveles de los embalses, pero según los pronósticos no serán suficientes para paliar los problemas de sequía, que se incrementarán llegado el verano.