El aumento de las temperaturas globales por encima de los dos grados es algo que puede llegar a provocar cambios irreversibles en todo nuestro planeta. La comunidad científica ha creado diversos modelos que pueden predecir cuáles serán las consecuencias si aumentan las temperaturas globales por encima de los dos grados. Los resultados que se obtienen hacen alentar a los científicos sobre la gravedad de la situación en la que nos encontramos.
Sin embargo, hoy en día los esfuerzos por limitar el calentamiento global por debajo de los dos grados para antes del año 2100 dejan mucho que desear. Este es el objetivo principal del Acuerdo de París, pero no son sus resultados esperados si los países llegasen a cumplirlo.
Las temperaturas no paran de aumentar
Conforme pasan los años, las concentraciones de CO2 sobrepasan los límites establecidos como “seguros” para la comunidad científica. Recordemos que el CO2 tiene un poder para atrapar calor lo suficientemente fuerte para poder hacer aumentar las temperaturas de todos los rincones del planeta. Con un aumento de las temperaturas, la estabilidad y el equilibrio ecológico de todos los sistemas que conforman la Tierra se ven alterados y podrían sufrir cambios irreversibles.
El Acuerdo de París ha impuesto como objetivo principal el evitar el aumento de dos grados las temperaturas medias del planeta. Sin embargo, aunque se cumpliera, los termómetros aumentarían 2,7 grados si no se llegasen a nuevos compromisos o acciones políticas más firmes.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha advertido en un informe anual de perspectivas tecnológicas que con las políticas de emisiones que existen hoy día y con las que están anunciadas, las emisiones de dióxido de carbono (que son las principales responsables del cambio climático) alcanzarán un máximo a mediados de siglo y estarán un 16% por encima de las emitidas en 2014 para el año 2060. Estas altas concentraciones de CO2 en la atmósfera provocarían un aumento de 2,7 grados la temperatura global para finales de siglo, lo que desencadenaría una inestabilidad climática bastante grande, incontrolable e irreversible.
La AIE ve “técnicamente factible” limitar esa subida de la temperatura a 1,75 grados, el punto medio de la horquilla de entre 1,5 y 2 grados fijado por la comunidad internacional en el Acuerdo de París de diciembre de 2015, y del que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado que su país se va a descolgar.
Son muchos los expertos que han estudiado cambio climático y han analizado la situación actual que afirman que la brecha para lograr detener el cambio climático y los esfuerzos que se están dando para ello actualmente es muy grande. Es decir, incluso con el Acuerdo de París vigente y todos los países (incluyendo EE.UU en un caso hipotético) cumpliendo sus objetivos sería insuficiente para evitar un aumento superior a los dos grados. Además, los expertos afirman que es muy necesario el aumento de la celeridad con la que se llevan a cabo las acciones contra el cambio climático, ya que al ritmo en el que se están llevando las políticas actuales no se conseguirían resultados a tiempo.
Las emisiones son cada vez más altas
Las emisiones de gases de efecto invernadero se dan por el uso y la quema de los combustibles fósiles. Por ello es necesario un desarrollo en tecnologías limpias y renovables que ayuden a reducir esas emisiones. La AIE asegura que si se produce un despliegue rápido de las tecnologías renovables y limpias, se podría contemplar un escenario “neutro” en emisiones de CO2 para el 2060. Sin embargo, no nos engañemos. Ningún país se va a desarrollar tan rápidamente en renovables ni en tecnología limpia como para poder detener el cambio climático a tiempo.
Las medidas de eficiencia energética contribuirían con un 38 % a la reducción de las emisiones necesarias de CO2 y las energías renovables con un 30 %. Esto hace que el desarrollo de las tecnologías que capturen y almacenen carbono sea necesario si queremos contener el cambio climático.
Por último, si queremos evitar un ascenso de las temperaturas medias por encima de lso dos grados, las emisiones de CO2 de aquí al 2060 deberían de ser alrededor de un 40% inferior a las actuales.