La Tierra está orbitada por un único satélite natural conocido como Luna. Un cuerpo celeste que gira alrededor de un planeta se denomina satélite natural. Mientras que algunos planetas, como Júpiter y Saturno, poseen más de setenta satélites naturales, otros como Venus y Mercurio no tienen ninguno. Entre los satélites naturales del Sistema Solar, la Luna ocupa el quinto lugar en tamaño. Muchas personas se preguntan por qué la Luna no es considerada un planeta.
En este artículo vamos a contarte por qué la Luna no es considerada un planeta y sus características.
Importancia por el conocimiento de la Luna
La era espacial comenzó en la década de 1950, marcando el comienzo de la búsqueda de la humanidad para explorar cuerpos celestes más allá de la Tierra. La Luna, al ser la más cercana a nuestro planeta, se convirtió en el objetivo principal. Desde entonces se han llevado a cabo más de cien expediciones robóticas y más de diez misiones tripuladas con el objetivo de llegar a la Luna y estudiarla.
El acontecimiento histórico de aterrizar con éxito un cohete en la luna y regresar sano y salvo a la Tierra ocurrió en 1969 con la misión Apolo 11. Este logro monumental fue liderado por Neil Armstrong, quien se convirtió en el primer astronauta en poner un pie en la superficie lunar. Por lo general, un cohete tarda aproximadamente tres días en viajar de la Tierra a la Luna.
Características de nuestro satélite
La Luna posee características distintivas que la distinguen de otros cuerpos celestes de nuestro sistema solar. Varias características notables distinguen a la Luna, incluidas las siguientes:
- Es el único satélite natural de la Tierra y se encuentra a unos 385.000 kilómetros de nuestro planeta.
- Entre la amplia gama de más de ciento noventa lunas que rodean varios planetas de nuestro Sistema Solar, esta luna en particular ocupa la estimada posición de ser la quinta más grande.
- En comparación con el tamaño de la Tierra, es apenas una cuarta parte de su magnitud.
- La densidad de este objeto es un 40% menor en comparación con la de la Tierra.
- La superficie de la luna es accidentada y está marcada por numerosos cráteres causados por las colisiones de objetos de gran tamaño que penetraron con éxito en su delicada atmósfera. Además, la luna juega un papel crucial en el mantenimiento de la estabilidad y el clima de la Tierra.
- La actividad sísmica en esta región en particular es mínima y hay una falta significativa de calor que emana de su núcleo. A diferencia de la Tierra, no posee campo magnético; sin embargo, ciertas rocas en su superficie exhiben una cualidad magnética permanente.
- Debido a que su densidad es aproximadamente el 60% de la de la Tierra, los objetos en la Luna pesan menos en comparación con su peso en nuestro planeta.
La estructura y composición de la Luna
La Luna se compone de varias capas, que incluyen:
- La corteza puede compararse con el paisaje lunar, lleno de numerosos cráteres.
- El manto, que es la capa que sigue a la corteza, es la capa dominante. Es una cubierta firme que pasa a un estado parcialmente sólido a medida que se acerca al núcleo de la luna. Dentro del manto se encuentran minerales como magnesio, silicio, hierro y calcio, además de oxígeno y rocas basálticas.
- El núcleo lunar está compuesto por un centro de hierro sólido envuelto por una capa de hierro líquido, lo que lo convierte en la sección más interna del cuerpo celeste.
Se han propuesto varias teorías para explicar el origen de la Luna. La formación de la Luna ocurrió hace más de cuatro millones de años, lo que generó numerosas teorías sobre su origen y el mecanismo detrás de su creación. La hipótesis predominante sugiere que se produjo una colisión entre la Tierra y un planeta naciente, lo que provocó que los restos del impacto permanecieran en la órbita terrestre. Con el tiempo, estos restos se acumularon y fusionaron para formar la Luna tal como existe hoy.
La trayectoria de la Luna alrededor de la Tierra, conocida como órbita lunar, sigue una trayectoria en sentido antihorario en forma de elipse.
Movimientos
Los movimientos de la Luna se pueden describir de la siguiente manera:
- La Luna realiza un movimiento giratorio mientras gira sobre su propio eje.
- El movimiento conocido como traslación involucra a la Luna orbitando alrededor de la Tierra.
Se necesitan aproximadamente 28 días para que la Luna complete una revolución completa, que abarca tanto su rotación sobre su eje como su órbita alrededor de la Tierra. La velocidad del movimiento de rotación de la Luna coincide con la del movimiento de traslación de la Tierra.
Las fuerzas gravitacionales de los cuerpos celestes interactúan de tal manera que se produce un movimiento sincronizado. Como resultado de esta sincronicidad, la Tierra siempre ve el mismo lado de la Luna, mientras que el lado opuesto, que permanece invisible, se conoce como «el lado oculto de la Luna».
Importancia para el planeta Tierra
La Luna tiene importancia debido a su capacidad de impactar una multitud de fenómenos en la Tierra, que incluyen:
- El flujo y reflujo de las mareas del océano están influenciados por la trayectoria que sigue la Luna mientras orbita alrededor de la Tierra. Este camino sigue una forma elíptica, provocando que la Luna se acerque a nuestro planeta en determinados momentos. Como lo dictan los principios de la física, los objetos que están muy cerca ejercen una atracción gravitacional más fuerte entre sí. En consecuencia, cuando la Luna se acerca a la Tierra, la fuerza gravitacional que ejerce provoca un aumento en el nivel de la marea, a medida que el agua es atraída hacia la presencia de la Luna.
- El clima de la Tierra está influenciado por la fuerza gravitacional entre la Tierra y la Luna, lo que provoca que las mareas cambien y, en última instancia, provoca cambios en los patrones climáticos. Este fenómeno natural juega un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio general del planeta.
¿Es la Luna un planeta?
Para cumplir con los criterios establecidos por la Unión Astronómica Internacional (IAU) para la clasificación planetaria, un cuerpo celeste debe orbitar alrededor del Sol de manera directa. El tamaño de la Luna le impide alcanzar una forma esférica debido a su propia fuerza gravitacional, a diferencia de los planetas, que son cuerpos celestes de tamaño suficiente para lograrlo.
La falta de una órbita definida es otro aspecto significativo de la Luna. Según la definición proporcionada por la Unión Astronómica Internacional (IAU), los planetas deben haber despejado su órbita de entidades más pequeñas. Sin embargo, la Luna no cumple este criterio ya que coexiste con varios asteroides y cuerpos celestes dentro de su órbita.
Espero que con esta información puedan conocer un poco más sobre nuestro satélite y saber por qué la Luna no es un planeta.