El cambio climático afecta de manera distinta a los ecosistemas. Puede haber alguno que sea más vulnerable por su situación geográfica, otros por los rangos de temperatura, precipitaciones, etc. Investigadoras de la Universidad de Granada (UGR) han colaborado con un equipo científico de Canadá y han descubierto que los ecosistemas acuáticos de Sierra Nevada han sufrido cambios a causa del calentamiento global en los últimos 150 años.
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Cambios en Sierra Nevada
Los cambios detectados en Sierra Nevada se deben principalmente a los efectos producidos por el cambio climático. Entre estos cambios se pueden observar una reducción de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas, principalmente.
En este entorno natural, no solo tiene lugar estos efectos del cambio climático, sino que también se ha producido otro factor determinante de los cambios mencionados. Se trata de un aumento de la deposición de polvo sahariano. Algunos pensarán, ¿qué tiene que ver el cambio climático con la intrusión de polvo sahariano en los ecosistemas de Sierra Nevada?
El cambio climático hace aumentar la frecuencia e intensidad de las sequías. Un lugar donde las precipitaciones son menos abundantes desencadena una mayor erosión del suelo al no tener las partículas arraigadas por la vegetación. Al disminuir las precipitaciones en las zonas del Sáhara y Sahel, aumenta la cantidad de polvo sahariano que entra en Espala y, por lo tanto, que se deposita en el entorno natural de Sierra Nevada.
¿Qué efectos produce el polvo sahariano?
La investigación ha conseguido detallar algunos de los efectos del polvo sahariano en este ecosistema. Entre ellos se puede ver el efecto fertilizador en la producción primaria, puesto que este polvo que entra es rico en fósforo. Al entrar en las lagunas de Sierra Nevada durante las últimas décadas, ha contribuido a un mayor desarrollo de cladóceros como Daphnia. Estos animales tienen altos requerimientos de calcio en su alimentación, cosa que también reciben de este polvo sahariano.
Estas lagunas que se sitúan en Sierra Nevada, como lo son la Laguna de Aguas Verdes o la Laguna de Río Seco, han ofrecido a este grupo de investigación claros indicios de que el cambio climático está provocando efectos en todos los ecosistemas del mundo. Lo que sucede en un país, puede repercutir en ecosistemas de otro país, puesto que la naturaleza no entiende de barreras políticas.
“Principalmente, por los cambios observados en las comunidades biológicas y producción primaria que se inician a principios del siglo XX, pero que se intensifican en las últimas décadas, y que nos indican una respuesta a escala regional del clima y de la deposición de polvo sahariano”, según apunta Laura Jiménez, investigadora de la UGR, quien también añade que “el estudio confirma que las lagunas de alta montaña de Sierra Nevada son excelentes sistemas para reconstruir las condiciones ambientales del pasado de estos ecosistemas acuáticos en una escala de centenios”.
Conclusiones del estudio
De forma general, el aumento de la temperatura del aire y la disminución de las precipitaciones durante estas últimas décadas están generando efectos en las lagunas de Sierra Nevada. No hay más que ver que cada año las precipitaciones en forma de nieve son más escasas. Uno de los efectos que más se está viendo es el del adelanto en la retirada de nieve y hielo, aumento de la temperatura del agua y un mayor tiempo de residencia del agua.
También tienen que tener en cuenta que el polvo sahariano afecta las comunidades de cladóceros y favorece el desarrollo de ciertas especies como Alona quadrangularis, una especie más generalista que otras más adaptadas a condiciones más extremas o ambientes más fríos como Chydorus sphaericus.
En definitiva, este estudio representa una prueba más de que el cambio climático hace aumentar la intrusión de polvo sahariano en la península Ibérica, ya que las sequías en el Sáhara son más frecuentes. Por lo tanto, este polvo está cambiando el estado trófico de las lagunas y la estructura de las comunidades biológicas que viven en ellas.