El sector de la energía eólica vive un momento de transformación sin precedentes tanto a nivel global como local. A pesar de las numerosas dificultades económicas y logísticas sufridas en los últimos tiempos, 2024 ha marcado máximos históricos en la instalación de nueva potencia eólica, consolidando a China como el actor principal del mercado y acelerando la transición hacia modelos más sostenibles en Europa y España. Los nuevos informes internacionales y las iniciativas nacionales evidencian cómo la eólica sigue batiendo récords, aunque también dejan patente la necesidad de resolver cuellos de botella regulatorios, sociales y técnicos que afectan al desarrollo pleno del sector.
En este contexto de crecimiento sostenido, España y sus regiones aceleran la puesta en marcha de parques innovadores, repotenciación tecnológica de instalaciones veteranas y proyectos basados en colaboración público-privada e integración medioambiental. Todo ello con la vista puesta en un futuro donde la eólica sea clave para la descarbonización, el desarrollo rural y la generación de nuevos puestos de trabajo.
Balance internacional: China, Europa y el avance imparable de la eólica
El Consejo Global de la Energía Eólica (GWEC) ha registrado la instalación de unos 127.000 megavatios de nueva potencia eólica en 2024 a nivel mundial, el mayor incremento anual conocido. En el ranking de fabricantes de aerogeneradores, el dominio asiático es abrumador, con cuatro empresas chinas ocupando las primeras posiciones: Goldwind, Envision, Mingyang y Windey. Por detrás quedan clásicos europeos como Vestas, Nordex o Siemens Gamesa, que mantienen su peso en los mercados continentales, donde la cuota de proveedores locales supera el 90%.
China no solo lidera la fabricación, sino también el consumo, con cerca de 80 GW eólicos conectados en 2024, situándose muy por encima de Estados Unidos o Alemania. Este liderazgo responde a un mercado doméstico robusto y a la progresiva internacionalización de empresas chinas, aunque Europa continúa siendo un bastión protegido para los fabricantes occidentales. La tendencia global indica que la eólica no solo sigue batiendo sus propios récords, sino que también enfrenta desafíos importantes: la preservación de márgenes de beneficio, barreras regulatorias y la urgencia de una mejor cooperación entre industria y gobiernos.
Nuevos parques eólicos y repotenciación en España: innovación tecnológica y desarrollo regional
España consolida su posición en el mapa europeo de la eólica con proyectos emblemáticos de nueva construcción y modernización. El parque de Labraza, en Euskadi, será el primero en entrar en funcionamiento en la región desde 2006, combinando inversión público-privada y tecnología avanzada de Siemens Gamesa. Dotado de 40 MW y ocho aerogeneradores de última generación, incrementará un 26% la potencia eólica instalada en la comunidad y producirá electricidad renovable para 30.000 hogares, evitando 16.300 toneladas anuales de CO2.
Este proyecto, impulsado por la sociedad Aixeindar (participada por Iberdrola y el Ente Vasco de la Energía), destaca por su efecto tractor sobre la industria local, la creación de empleo directo y propuestas sociales destinadas a beneficiar a la ciudadanía de los municipios afectados. Además, incorpora medidas ambientales innovadoras como dispositivos de protección de la avifauna y restauración del entorno, con el objetivo de compatibilizar la generación renovable con la conservación natural.
En Galicia, la repotenciación de parques veteranos, como el de Malpica o los de Naturgy en Monte Redondo, Novo y Somozas, supone la sustitución de centenares de aerogeneradores antiguos por unidades modernas y potentes. De este modo, se logra elevar la producción, reducir el impacto visual y ambiental, y mantener la convivencia con las comunidades rurales. Naturgy y Statkraft lideran estos esfuerzos, beneficiándose de fondos europeos y colaborando con las administraciones autonómicas para potenciar la sostenibilidad y el desarrollo local.
Retos inmediatos y licitaciones: el caso alemán y la adaptación española
El contexto europeo evidencia un dinamismo creciente en la adjudicación de nueva potencia eólica. En Alemania, la segunda licitación terrestre de 2025 ha superado de nuevo la demanda, con 3.447 MW adjudicados y más de un 44% de solicitudes por encima de la oferta disponible. Esta tendencia al alza se explica por la flexibilización regulatoria y objetivos claros para ampliar la superficie dedicada a renovables, aunque se subraya la necesidad de preparar las redes eléctricas para absorber el previsible salto de producción a partir de 2026.
En España, la expansión y modernización eólica se enfrenta a retos regulatorios y a la necesidad de garantizar la seguridad jurídica para atraer inversores y lograr los objetivos climáticos fijados por la UE. La Xunta de Galicia y la han criticado la falta de previsión normativa por parte del Gobierno central y reclaman medidas para simplificar los trámites, garantizar el interés público de las renovables y consolidar un marco estable que favorezca el desarrollo equilibrado del sector.
Eólica offshore y cooperación internacional: oportunidades para la Península Ibérica
El avance de la eólica offshore flotante abre nuevas oportunidades industriales para España y Portugal, aunque persisten incertidumbres en los marcos de licitación y una carencia de contratistas y buques especializados. Un reciente estudio de la consultora AFRY subraya la importancia de aclarar las reglas del juego y transformar los puertos en centros neurálgicos para la fabricación y exportación de componentes offshore. Empresarios e instituciones coinciden en que una estrategia transparente y un modelo de colaboración como el de Países Bajos podrían marcar la diferencia para que la península se convierta en referente europeo de esta tecnología.
En España, más de 30 GW de proyectos offshore están previstos, mientras que Portugal se prepara para su primera subasta relevante. La , la integración de servicios internacionales y la colaboración público-privada se perfilan como claves para que la región aproveche el auge global de la eólica marina.
Innovación social, integración medioambiental y nuevos usos agrícolas
La aceptación social y la integración de la eólica con el entorno son ejes centrales para el éxito de los nuevos proyectos. Iniciativas como el programa europeo Biowind, con participación de la Región de Murcia, impulsan la planificación participativa y el ajuste a la biodiversidad, fomentando políticas renovables sostenibles y consensuadas. La colaboración entre gobiernos regionales y entidades científicas contribuye a un modelo más justo y eficiente, donde la conservación natural y el progreso tecnológico van de la mano.
Especial mención merece el caso de Lanzarote, donde la energía eólica se utiliza para alimentar sistemas de riego agrícola basados en desalación y automatización. Estas soluciones, extendidas también en otras islas canarias, son ejemplos vivos de cómo la innovación en renovables puede transformar sectores tradicionales y servir de laboratorio para el futuro de la agricultura y la gestión hídrica en entornos vulnerables.
La energía eólica en España y Europa afronta 2025 con una mezcla de avances tecnológicos, retos regulatorios y una apuesta creciente por la integración social y ambiental. Desde nuevos parques y repotenciaciones hasta la eólica marina y el uso agrícola, el sector se posiciona como uno de los motores clave para una transición ecológica real, capaz de generar empleo, proteger el entorno y asegurar el suministro eléctrico en un contexto global de cambio acelerado.