En el Océano Índico, la cantidad de precipitación difiere en gran medida a lo largo de sus bordes. Mientras en los bosques húmedos de Sumatra llueve intensamente, la ya de por si seca región del Este Africano está afectada por sequías. Investigadores del Centro de Investigación sobre la Biodiversidad y el Clima (BiK-F), el Instituto Tecnológico de California (CIT), la Universidad del Sur de California y la Universidad de Bremen han observado que este fenómeno climático cíclico bipolar se ha mantenido durante los últimos 10000 años.
Un estudio piloto publicado hace unos días en el «Proceedings of the National Academy of Sciences», arroja luz sobre el sistema climático cuyos patrones de precipitación tienen mayor impacto sobre el clima global. Por tanto, este estudio es de especial interés para los investigadores del clima.
Los trópicos juegan un papel crucial en el sistema climático global, entre otras razones porque son el origen de fenómenos climáticos extremos como el Niño y los monzones. Una de las regiones más importantes de este tipo es la Indo-pacífica, en el Sureste Asiático ya que es la mayor fuente de vapor de agua atmosférico, al igual que la mayor receptora de lluvia en la tierra. Un grupo de investigadores ha observado los cambios de precipitación mar adentro de la costa oeste de Indonesia durante los últimos 24000 años con el fin de entender mejor los patrones y dinámicas de precipitación local.
Según los investigadores, parece ser que el Dipolo del Océano Índico (Indian Ocean Dipole), ha sido una característica constante del sistema climático regional durante los últimos 10000 años. Entre otras evidencias, se observan patrones anómalos de precipitaciones en los bordes este y oeste del océano Índico directamente relacionados. El dipolo de precipitación se manifiesta de forma que cuanto mayores son las precipitaciones en la costa oeste de Indonesia menores son en el este Africano y viceversa.
Este nuevo estudio, centrado en las cantidades medias de precipitación tomando periodos de 30 años, muestra que se ha mantenido un patrón similar durante los últimos 10000 años. «Este tipo de observaciones sobre pasado pueden ayudar a separar las oscilaciones de precipitación naturales de las causadas por el hombre, consideradas muy importantes en vista del cambio climático en curso» comenta la Dra. Eva Niedermeyer (BiK-F), directora de este estudio.
Niedermeyer y sus compañeros de investigación han trabajado con muestras de sedimentos marinos tomadas mar adentro en la costa oeste de Sumatra a una profundidad de 481 metros. Se centraron en las ceras que se encuentran en las plantas terrestres, se trata de una capa de la superficie de las plantas que las protege de la deshidratación y el ataque microbiano, las cuales permanecen en los sedimentos.
Es posible por tanto construir los cambios de precipitación del pasado midiendo la composición isotópica de hidrógeno estable en las ceras vegetales terrestres, ya que la lluvia es la principal fuente del hidrógeno almacenado en el material vegetal. Este método aumenta de esta forma las comparativas de medición directa con muy poca extensión temporal hasta periodos amplios del pasado.
Con el final de la última glaciación llegaron el aumento de las temperaturas y el deshielo de los casquetes polares, lo que estuvo acompañado de un aumento en las precipitaciones alrededor de Indonesia y en otras muchas regiones del mundo. Por el contrario, el registro de cera vegetal observado en el estudio nos dice que las grandes cantidades de lluvia caídas durante el último Máximo Glacial (Last Glacial Maximum) y el Holoceno fueron bastante similares.
La cantidad de lluvia caída durante los últimos 24000 años parece estar relacionada con el nivel de exposición de la Plataforma de Sonda y en particular con la topografía específica del borde oeste de la región, y no únicamente con las condiciones climáticas límite de deglaciación. Esto no era lo que se esperaba, ya que basándonos en estudios anteriores se asumía que toda la región fue mucho más seca durante el último Máximo Glacial en comparación con las condiciones actuales, concluye Niedermeyer.
Aunque el estudio destaca que los cambios a largo plazo en la intensidad de precipitación no siempre tienen como origen el ser humano, no significa necesariamente que las anomalías temporales existentes en la actualidad a lo largo de los países del borde del Océano Índico y en particular su frecuencia no estén sujetos a la influencia humana.
Las regiones del Océano Índico están registrando un aumento de la población y es posible que las condiciones climáticas adversas en el futuro generen conflictos políticos y sociales. Un mejor conocimiento de los fenómenos climáticos y los mecanismos ocultos que los generan en este área, ayudará a aumentar la resolución de las proyecciones climáticas y a prevenir este tipo de conflictos, anticipando las repercusiones climáticas.
Más información: La sequía agudiza la crisis alimentaria en el Sahel, Indonesia, al borde del colapso por las lluvias torrenciales
Fuentes: Senckenberg