La agricultura de conservación, la mejor práctica contra el cambio climático

Agricultura de conservación

Imagen – Interempresas.net

La agricultura es una actividad muy necesaria para cada uno de nosotros. Gracias a ella, podemos tener siempre la cesta de la comida llena. Sin embargo, es una de las que más emisiones manda a la atmósfera. Sólo España es el responsable del 15% de ellas, lo cual es mucho si tenemos en cuenta que la media mundial se sitúa en un 14%.

Las temperaturas en el país irán en progresivo aumento debido al cambio climático, y esto supondrá un reto cada vez mayor para los agricultores, especialmente para los de la región mediterránea. La erosión, la falta de lluvias y el calor prolongado podrían causarles muchas pérdidas. Para evitar dramáticas consecuencias se están aplicando nuevas prácticas, como la agricultura de conservación.

¿En qué consiste la agricultura de conservación?

Este tipo de actividad es muy interesante, ya que es muy beneficiosa tanto para la agricultura en sí como para el medio ambiente. Es, pues, una práctica que tiene como objetivo conservar, mejorar y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales mediante un manejo controlado del suelo, agua, agentes biológicos e insumos externos.

Así pues, el agricultor que adopte esta práctica lo que va a hacer será todo lo posible por cuidar y proteger la tierra que trabaja mediante la rotación de cultivos, utilizando fertilizantes químicos sólo cuando sea estrictamente necesario y cubrir el suelo con hierbas silvestres autóctonas o restos de vegetales para protegerlo de la erosión.

¿Qué beneficios tiene?

Con todo ello, se consiguen varios beneficios importantes, que son los siguientes:

  • Reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) al no usar tantas veces la maquinaria agrícola. En España, se ahorrarían 52,9 millones de CO2.
  • Se evita la erosión del suelo en un 90% según un estudio llevado a cabo por la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV).
  • Aumento en un 20% en la mejora energética respecto al laboreo convencional, llegando al 50% dependiendo del tipo de cultivo y zona.
  • Permite ahorrar hasta un 24% en insumos.

Árboles cultivados

Así pues, las organizaciones en defensa del medio ambiente, como Alianza por el Clima, Greenpeace, Fundación Renovables o Amigos de la Tierra, apuestan por esta práctica que permite producir alimentos de forma que el planeta puede ser cuidado.


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